LD (EFE) Tropas israelíes, apoyadas por carros blindados, cobertura aérea y fuego de artillería pesada, han ocupado las localidades de Marun al-Ras y Bint Jebel, en el sur del Líbano. Los soldados están destruyendo casamatas y las rampas utilizadas para el lanzamiento de cohetes de mediano alcance. En los intensos combates han resultado heridos al menos nueve militares.
Los soldados israelíes en Bint Jbel tiene por objetivo controlar el sur del Líbano a lo largo de la frontera con Israel para impedir que los terroristas vuelvan a ocupar la zona para lanzar sus cohetes contra el norte israelí. Durante la jornada del domingo, Hezbolá ha disparado más de noventa proyectiles, gran parte de ellos contra la ciudad portuaria e industrial de Haifa, donde murieron dos civiles y decenas resultaron heridos, además de causar cuantiosos daños.
Según fuentes oficiales, los jefes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional se reunirán con alcaldes de Tel-Aviv y de las ciudades de su entorno. El Gobierno teme que Hezbolá recurra a sus cohetes tierra-tierra de mediano alcance como los llamados "Zylzal" de fabricación iraní, que pueden llegar a 160 kilómetros, y los "Fajer-5".
Mientras tanto y en el decimotercer día de las operaciones israelíes en el Líbano, los bombardeos aéreos continúan y se centran en la región de Tiro y en el campamento de refugiados de Rachadiyeh dejando heridos a doce civiles, entre ellos seis miembros de la Cruz Roja libanesa. En las últimas veinticuatro horas, dijeron fuentes de la Fuerza Aérea, sus pilotos atacaron 270 objetivos en el territorio libanés. Durante una reunión con una representación judía internacional, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, rechazó que las operaciones en territorio libanés sean desproporcionadas y afirmó que son una respuesta a las amenazas que sufren los "civiles que deben enfrentarse a cientos de cohetes que vuelan cada día sobre sus cabezas".