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Una nueva noche violenta del crimen organizado en Sao Paulo eleva a 81 el número de muertos

La estado brasileño de Sao Paolo ha vuelto a vivir una noche de violencia protagonizada por el crimen organizado en una ofensiva que comenzó el pasado viernes con ataques a puestos y patrullas de policía y que hasta el momento ha dejado al menos 81 muertos. La mitad de los fallecidos eran miembros de las fuerzas de seguridad y los últimos nueve murieron por motines en las cárceles de las ciudades Ribeirao Preto y Sao Sebastián ocurridos en la madrugada de este lunes. Además, en otras 53 cárceles, unas 220 personas permanecen como rehenes de los presos amotinados.

La estado brasileño de Sao Paolo ha vuelto a vivir una noche de violencia protagonizada por el crimen organizado en una ofensiva que comenzó el pasado viernes con ataques a puestos y patrullas de policía y que hasta el momento ha dejado al menos 81 muertos. La mitad de los fallecidos eran miembros de las fuerzas de seguridad y los últimos nueve murieron por motines en las cárceles de las ciudades Ribeirao Preto y Sao Sebastián ocurridos en la madrugada de este lunes. Además, en otras 53 cárceles, unas 220 personas permanecen como rehenes de los presos amotinados.
L D (EFE) Según la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo, entre el viernes y este lunes se registraron 115 atentados contra las fuerzas de seguridad. Del total de víctimas mortales, 39 eran miembros de las policías Militar y Civil, agentes de la Guardia Civil Metropolitana y guardianes carcelarios, así como dos civiles, y 14 supuestos atacantes que fueron abatidos en la reacción policial, según la Secretaría de Seguridad Pública.
 
Las autoridades aseguran que la ola de violencia ha sido ejecutada por una mafia de presos llamada Primer Comando de la Capital (PCC), como represalia por el cambio de prisión de los cabecillas de esa banda. El pasado jueves 765 reclusos fueron trasladados de presidios del interior del estado a dos cárceles de máxima seguridad, una en Presidente Venceslau, a 620 kilómetros al oeste de Sao Paulo, y la otra en la zona norte de la ciudad homónima. El PCC, promotor de las principales insurrecciones en cárceles paulistas, coordinó 29 simultáneas el 18 de febrero de 2001, que dejaron treinta muertos, la mayoría miembros de bandas rivales.
 
El director del Departamento de Investigaciones sobre el Crimen Organizado de la Policía Civil de Sao Paulo, Godofredo Bittencourt, afirmó que la reacción de los organismos de seguridad está surtiendo efecto y que "es cuestión de tiempo" el control de la situación, pero la violencia se reanudó esta noche con la quema de autobuses. Según el cuerpo de bomberos, desconocidos incendiaron 28 autobuses del servicio público en distintos barrios de la ciudad de Sao Paulo, otros once fueron quemados en los vecinos municipios de Sao Bernardo y Diadema, y dos más en Osasco, sin víctimas en ninguno de los casos. Al mismo tiempo, desconocidos incendiaron una oficina bancaria en Taoboao da Serra, área metropolitana de Sao Paulo, según los bomberos.
 
Mientras tanto, unas 220 personas permanecen como rehenes de los presos amotinados en 55 cárceles de distintas ciudades del estado de Sao Paulo, en una de las cuales los reclusos lanzaron un colchón en llamas sobre el director, que sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo. Durante el fin de semana se registraron 78 motines en cárceles paulistas y en las últimas horas también ocurrieron rebeliones en cuatro prisiones del estado de Mato Grosso do Sul, y en una cárcel de Foz do Iguazú, situada en la triple frontera de Brasil con Argentina y Paraguay.
 
El domingo por la tarde la policía detuvo a 82 sospechosos de participar en la ofensiva criminal y decomisó 97 armas, la mitad de las cuales estaba en un arsenal descubierto en Sao José dos Campos, 97 kilómetros al noreste de Sao Paulo. El comandante general de la Policía Militar, coronel Elizeu Eclair Teixeira Borges, admitió que entre los delincuentes que han perpetrado los ataques hay presos que recibieron permiso de la justicia para salir de la cárcel durante este fin de semana con motivo del Día de la Madre. Más de 10.000 presos recibieron ese beneficio de la justicia paulista y Teixeira Borges dijo que entre los delincuentes muertos o heridos en la respuesta policial figuran algunos de los que salieron de la cárcel para pasar el día con sus familias.
 
 

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