En la India muchas familias prefieren tener varones, y millones de mujeres sufren presiones de todo tipo sólo para no perder el linaje familiar.
Por tradición, el hijo hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que la hija abandona el hogar al encontrar marido y queda completamente subordinada a su familia.
Gauribai estaba muy deprimida tras dar a luz de nuevo a una niña y no a un niño. Su familia, ahora huida, le exigía dar a luz un hijo varón, y la mujer frustrada optó al final por acabar con la vida de sus tres hijas pequeñas en un pueblo al norte de la India.
Por tradición, el hijo hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que la hija abandona el hogar al encontrar marido y queda completamente subordinada a su familia.
Gauribai estaba muy deprimida tras dar a luz de nuevo a una niña y no a un niño. Su familia, ahora huida, le exigía dar a luz un hijo varón, y la mujer frustrada optó al final por acabar con la vida de sus tres hijas pequeñas en un pueblo al norte de la India.
Las tres niñas murieron en el pozo y los aldeanos lograron rescatar a la mujer, que fue ingresada más tarde en un hospital.
Según cálculos de Unicef, en la India dejaron de nacer 50 millones de niñas en el siglo XX víctimas de abortos. En vista de que los avances técnicos permitían averiguar el sexo del futuro bebé y alarmado por el aumento de abortos cuando el feto era femenino, el Gobierno indio aprobó una ley que prohíbe a los médicos revelar el sexo del bebé.