L D (Agencias) La Policía, en cambio, cifra en 30 el número de asesinados en la ciudad desde que el pasado martes grupos de musulmanes comenzasen a atacar comunidades cristianas, en represalia por la matanza de correligionarios que perpetró en Yelwa (centro del país) una tribu cristiana. En esta ciudad, según fuentes oficiales, fueron asesinadas 67 personas, aunque la Cruz Roja elevó la cifra hasta más de 200, y a 630 los líderes islámicos del lugar.
EFE, haciéndose eco del testimonio de los supervivientes, relata que los atacantes de Kano no respetaron a nadie; mataron incluso a niños pequeños, ancianos inválidos y mujeres embarazadas. Los cuerpos de éstas “fueron abiertos, y sus cadáveres quemados”, declaró a la agencia Reuters Mark Amani, líder de la minoría cristiana.
Las autoridades han establecido seis campamentos en los alrededores de la ciudad para albergar a los cristianos desplazados, que están siendo protegidos por efectivos policiales.
Entre tanto, el presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, se trasladó este jueves a los lugares de la región central del país donde se inició la actual oleada de enfrentamientos religiosos para reunirse con dirigentes de las comunidades cristiana y musulmana, a quienes exigió que hagan el máximo esfuerzo para detener la violencia.
En Jos, capital del Estado de Plateau, Obasanjo mantuvo en duro enfrentamiento con el presidente local de la CAN, al cuestionar éste su labor pacificadora. "¿Y usted, qué papel ha desempeñado para lograr la paz en el Estado de Plateau?", recriminó el mandatario a su interlocutor, que le había preguntado momentos antes por qué se desplazaba ahora a Yelwa el pasado febrero, cuando los militantes islámicos asesinaron a 48 cristianos. "¿Qué clase de líder cristiano es usted, o es que su cristianismo le enseña que debe vengarse y me hace ahora este tipo de pregunta estúpida?", prosiguió Obasanjo, totalmente fuera de sí.
Mientras tanto, bandas de jóvenes musulmanes armados con garrotes y machetes siguen patrullando las calles de Kano, a pesar de que rige el toque de queda nocturno en la ciudad. Por su parte, grupos de cristianos, armados con machetes y revólveres, han prendido fuego a una mezquita, en represalia por las iglesias quemadas por aquellos, a quienes desafían ahora a luchar.
Distintos sectores oficiales y agencias humanitarias temen que la actual crisis se extienda tanto a los Estados del norte del país –de población mayoritariamente musulmana– como a los del sur, donde prevalecen los cristianos y los animistas.
Distintos sectores oficiales y agencias humanitarias temen que la actual crisis se extienda tanto a los Estados del norte del país –de población mayoritariamente musulmana– como a los del sur, donde prevalecen los cristianos y los animistas.
La implantación de la "sharia" (ley islámica) en el norte (1999) desató una ola de violencia entre cristianos y musulmanes de la zona que se cobró la vida de 10.000 personas. El Gobierno sólo pudo detenerla tras declarar el estado emergencia y enviar tropas a los puntos calientes.