Estamos ante un nuevo ejemplo de la eficiencia de la iniciativa privada, que diría Valín o Carlos Rodriguez Braun. El fin es ilícito, pero la idea cojonuda, y a un político inútil, que suele ser igual de nocivo e ilícito que los narcotraficantes, no se le ocurre ni la cuarta parte para solucionar un problema, y paga veinte veces mas, pero con nuestro dinero.