LD (EFE) El relator especial de la ONU para los derechos humanos en Birmania, Paulo Sergio Pinheiro, visitó este lunes la notoria prisión de Insein, hogar de centenares de presos políticos encarcelados por la Junta Militar que gobierna el país. Medios locales indicaron que fue observado saliendo del presidio donde permaneció durante al menos dos horas.
Al penal de máxima seguridad situado al norte de Rangún fueron llevados muchos de los primeros detenidos al comienzo de la represión de las últimas manifestaciones a favor de la democracia, entre ellos grupos de los monjes budistas que las encabezaron.
La organización Amnistía Internacional (AI) denuncia que más de doscientos presos cumplen allí sus largas penas en condiciones infrahumanas, hacinados en minúsculas celdas, oliendo sus propios excrementos y bajo la amenaza constante de la tortura.
Antes de visitar Insein, Pinheiro mantuvo encuentros con varios altos cargos del régimen en la mayor ciudad del país tras cancelar por razones desconocidas su viaje programado a Napydaw, la nueva capital administrativa. También tiene previsto entrevistarse con representantes del alto clero budista.