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Un preso político venezolano denuncia el "terrorismo judicial"de Chávez

Iván Simonovis era comisario durante el fallido golpe de Estado de 2002, en la que los opositores a Chávez trataron de impedir que Venezuela se convirtiera en el estado dictatorial actual. Fracasado el golpe, fue encarcelado y condenado sin pruebas por un poder judicial corrupto y teledirigido

Iván Simonovis era comisario durante el fallido golpe de Estado de 2002, en la que los opositores a Chávez trataron de impedir que Venezuela se convirtiera en el estado dictatorial actual. Fracasado el golpe, fue encarcelado y condenado sin pruebas por un poder judicial corrupto y teledirigido

Lleva más de 43.000 horas encerrado en una celda, sin que le permitan ver a su mujer y a su hija, y viendo la luz del sol cada dos semanas. Su único delito fue ocupar un cargo público y percatarse de lo que se le venía encima a Venezuela si Chávez perpetraba su régimen populista.

En 2002 Iván Simonovis era comisario de la Policía Metropolitana cuando se desencadenó el golpe de Estado contra Chávez, pero su única participación en la revuelta que acabó con la vida de 19 personas fue en calidad de policía: “Nuestro deber era defenderlos a ustedes y eso fue lo que hicimos”, les dijo a los venezolanos desde El Universal.

Ya de vuelta en el poder, Chávez tenía que aniquilar cualquier esperanza de sus opositores de intentar acabar con su “reinado” de nuevo. Además, alguien debía cargar con las muertes y qué mejor que eliminar de los puestos públicos a los críticos con su política. En ningún caso podían salir a la luz las órdenes de asesinatos en masa dadas por el presidente venezolano, durante las 48 horas que fue expulsado del mando.

Entonces, el Gobierno chavista trazó toda una estrategia gangsteril que cubriera todos los frentes, y diera al traste con futuros intentos revolucionarios. Se inculpó a los policías Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovis de la masacre de los 19 civiles, que paradójicamente, eran tan opositores a Chávez como ellos. 

“Nuestros nombres y cargos han sido utilizados como bomba de humo para despistar a la masa, mientras los nombres de los verdaderos autores intelectuales y materiales se han ido desdibujando gracias a esta macabra estrategia” sentencia Simonovis.

Estados Unidos ha documentado esta manipulación del sistema judicial venezolano, en las versiones de 2008 y 2009 de su Informe sobre Derechos Humanos, donde señala que que “las fuerzas de seguridad venezolanas han cometido asesinatos y ejecuciones sumarias a civiles”. El informe también llama la atención sobre la situación de los presos políticos en Venezuela, que son encarcelados arbitrariamente y soportan infrahumanas condiciones " debido a la escasez de recursos, al pobre entrenamiento y la corrupción del personal que trabaja en las cárceles y la violencia de guardias e internos".

El nombre de Iván Simonovis en Venezuela ya se asocia con lo que han denominado el “Juicio más largo del mundo”. No en vano, ha acudido ante los Tribunales en 225 ocasiones, en un proceso en el que, como relata el propio Simonovis “se manipuló evidencias, cambió versiones, tergiverso declaraciones de testigos y, utilizando el amplio poder político, intimidando y manipulando a  jueces y fiscales para perseguir, desprestigiar y encarcelarnos”.

Simonovis ya no teme al movimiento totalitario que ha sembrado el terror en Venezuela, “Llevo 5 años viendo mis derechos humanos pateados bajo la burla de los terroristas judiciales”, y ahora se ha decidido a enviar una carta a España para hacernos comprender todo el entramado tiránico Venezolano.

En ella, narra la vergonzosa lista de abusos y manipulaciones de las que ha sido víctima, de las que también da cuenta desde su blog, ahora que tiene tiempo de ocio. Concretamente, unos 30 años tras las rejas, la pena máxima,  por un embuste del proceso judicial, en el que ni una sola prueba icnriminó a Simonovis.

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