LD (EFE) El periódico británico del Daily Mirror informó que su reportero Graham Brough será la cuarta persona que será sometida a pruebas radiológicas por ordenes de la Agencia de Protección de la Salud (HPA). Los análisis serán efectuados en una clínica especial.
El periodista Brough entrevistó en secreto a Mario Scaramella en Italia, tras saberse que éste se reunió con su colega ruso Alexander Litvinenko en un restaurante japonés en el centro de Londres el primero de noviembre, el día que el antiguo agente enfermó.
"Después de hablar con Scotland Yard, llamé a la línea directa del Servicio Nacional de Salud como las otras 450 personas que estaban preocupadas", señaló Brough, sobre las pruebas de polonio 210, la sustancia radiactiva que causó la muerte de Litvinenko. Añadió que "hicieron una serie de preguntas, y tuvieron en cuenta que la palma de la mano de Scaramella estaba sudorosa cuando nos saludamos".
Brough afirma en su rotativo que se entrevistó con Scaramella en un lugar secreto en Nápoles la semana pasada y pasó tres horas hablando con él y tomando café y té. Según indicó, las autoridades sanitarias le han pedido que tome precauciones en su higiene personal. La Policía ha hallado polonio 210 en el hotel y el restaurante japonés donde Litvinenko estuvo el primero de noviembre, y también en su casa de Muswell Hill (norte de Londres) y en dos oficinas en esta capital, entre ellas las del magnate ruso Boris Berezovsky.
Litvinenko, conocido por sus críticas al presidente ruso, Vladimir Putin, falleció el pasado jueves como consecuencia de una gran dosis de una radiación emitida por polonio 210.
El pasado primero de noviembre, Litvinenko se reunió en un hotel de Londres con dos compatriotas, uno de los cuales es un ex agente del KGB (antiguo servicio de espionaje soviético). Ese mismo día, el ex espía se entrevistó con el profesor italiano Mario Scaramella, quien tiene buenos contactos en el mundo del espionaje, en un restaurante japonés. Al parecer, el italiano le facilitó nombres de las personas que podrían estar involucradas en el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya, también detractora del Kremlin.