El accidente tuvo lugar a la 1:50 hora local (06:50 GMT) cuando un Boeing 737-700 de la aerolínea Aires que cubría la ruta Bogotá-San Andrés y con 121 pasajeros a bordo, se disponía a aterrizar en el aeropuerto de esta turística isla y fue alcanzado por un rayo.
Como consecuencia del accidente falleció Amar Fernández de Barreto, al parecer de una parada cardíaca, mientras que más de cien fueron atendidas en dos hospitales de la isla.
"La aeronave que cubría el trayecto Bogotá-San Andrés aterrizaba en medio de una intensa tormenta eléctrica, cuando un potente rayo habría ocasionado su descontrol en la cabecera de la pista 06", informó a Caracol Radio el coronel Gustavo Barrero, comandante del Grupo Aéreo del Caribe de la Fuerza Aérea Colombiana.
En la aeronave accidentada viajaban tres ciudadanos brasileños, identificados como Ramiro Lobo, María Lobo y Catherine Lobo, y también un estadounidense y un francés, quienes no sufrieron lesiones de gravedad pero permanecen bajo observación.
"La pericia del piloto no permitió que la aeronave se saliera de la pista. Debido al impacto se desprenden los motores del avión y este se parte en tres segmentos", precisó Barón. De todo el pasaje sólo seis personas resultaron totalmente ilesas, sin que requirieran atención médica de ningún tipo, entre ellas un bebé de 18 meses de edad.
Los heridos y lesionados fueron trasladados al Hospital Amor de Patria y la clínica Villarreal (35 personas), pero la mayoría ya han sido dados de alta.
El director del Hospital Amor de Patria, doctor Robert Sánchez, indicó a la emisora RCN que en ese hospital han atendido a 99 pacientes, de los cuales solo una niña de 11 años fue intervenida quirúrgicamente y su estado es el más grave.
"Los pacientes que necesitaban cirugía ya salieron bien, tenemos problema con una niña que se le hizo una cirugía craneoencefálica y que urgentemente necesita sacarse de allí en un avión ambulancia", dijo el doctor.
Fuentes médicas de la Clínica Villareal precisaron que solo cinco personas tuvieron que ser intervenidas quirúrgicamente por las heridas causadas, pero que ya están fuera de peligro.