L D (EFE) Las aerolíneas estiman que no deberían ser consideradas responsables de lo ocurrido dado que fue un ataque sin precedentes y que cumplieron las medidas de seguridad del Gobierno. Sin embargo, el juez federal de Nueva York Alvin Hellerstein estimó que los atentados eran un "riesgo previsible" ante el que las compañías deberían haberse protegido. "Aunque puede ser verdad que los terroristas nunca habían conducido con anterioridad aviones contra edificios deliberadamente, las aerolíneas podían prever razonablemente" que se pudiera dar una eventualidad como aquella, dice el juez.
Las demandas están dirigidas contra American Airlines, United Airlines, Boeing y la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, quienes alegaron que no hubo negligencia por su parte que fuera causa de la tragedia. Sin embargo, el juez desestimó los argumentos de los demandados, entre ellos el alegato de Boeing, que considera que el hecho de que los terroristas tomaran el control exime a la compañía de toda responsabilidad. Por su parte, los demandantes afirman que la puerta de la cabina de los pilotos debería haber sido diseñada para prevenir que los terroristas pudieran entrar, y el juez ha estimado que llevan razón.
La decisión del juez afecta a las demandas presentadas por 70 personas heridas o que representan a fallecidos y diez empresas que sufrieron daños materiales en los ataques del 11-S. La sentencia era esperada por numerosas familias que deben decidir ahora si se unen a estas demandas o solicitan dinero del fondo de compensación federal creado por el Congreso a raíz de los ataques. El 22 de diciembre es la fecha límite para solicitar una compensación del fondo. Hasta ahora, unas 2.300 familias han solicitado la ayuda y estarían pendiente de tomar una decisión otras 1.700.
Las compensaciones del fondo, con el que se esperaba proteger a la industria aeronáutica de cualquier litigio judicial, van desde los 250.000 dólares a 1,5 millones en promedio, aunque en algunos casos se ha superado ampliamente esta suma.
Las demandas están dirigidas contra American Airlines, United Airlines, Boeing y la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, quienes alegaron que no hubo negligencia por su parte que fuera causa de la tragedia. Sin embargo, el juez desestimó los argumentos de los demandados, entre ellos el alegato de Boeing, que considera que el hecho de que los terroristas tomaran el control exime a la compañía de toda responsabilidad. Por su parte, los demandantes afirman que la puerta de la cabina de los pilotos debería haber sido diseñada para prevenir que los terroristas pudieran entrar, y el juez ha estimado que llevan razón.
La decisión del juez afecta a las demandas presentadas por 70 personas heridas o que representan a fallecidos y diez empresas que sufrieron daños materiales en los ataques del 11-S. La sentencia era esperada por numerosas familias que deben decidir ahora si se unen a estas demandas o solicitan dinero del fondo de compensación federal creado por el Congreso a raíz de los ataques. El 22 de diciembre es la fecha límite para solicitar una compensación del fondo. Hasta ahora, unas 2.300 familias han solicitado la ayuda y estarían pendiente de tomar una decisión otras 1.700.
Las compensaciones del fondo, con el que se esperaba proteger a la industria aeronáutica de cualquier litigio judicial, van desde los 250.000 dólares a 1,5 millones en promedio, aunque en algunos casos se ha superado ampliamente esta suma.