L D (EFE) Dhiren Barot, un musulmán converso de 34 años y residente en Willesden (norte de Londres), admitió su culpabilidad durante la vista de un juicio que empezó este jueves en el tribunal de Woolwich, en el sur de la capital británica, entre fuertes medidas de seguridad. El presunto terrorista testificó ante el tribunal en medio de un gran secretismo oficial, ya que la información sobre la sesión sólo trascendió después de que el juez instructor del caso, Alexander Butterfield, levantara una restricción impuesta a la prensa.
El presunto terrorista fue detenido en agosto del 2004, junto a otros siete sospechosos, en varias redadas practicadas en Inglaterra tras elevarse la alerta de seguridad en EEUU, donde policías con fusiles de asalto fueron desplegados en edificios estratégicos. Scotland Yard acusa a Barot de conspirar con otras personas para asesinar y para usar "materiales radiactivos, gases tóxicos, productos químicos y/o explosivos para causar trastorno, temor o heridas" entre el 1 de enero del 2000 y el 4 de agosto del 2004.
Barot también está acusado de tener, entre el 19 de febrero de 2001 y el 4 de agosto del 2004, un "plan de reconocimiento" de la Bolsa de Nueva York y el banco Citigroup en esa ciudad, así como de la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Asimismo, la Policía formuló contra el británico el cargo de poseer, entre el 19 de febrero del 2001 y el 4 de agosto del 2004, otro "plan de reconocimiento" del edificio que alberga la sede de la aseguradora Prudential en Nueva Jersey (EEUU). "Las explosiones contra esos inmuebles estaban claramente destinadas a matar a tantas personas como fuera posible", ha afirmado este jueves el abogado Edmund Lawson, representante de la Fiscalía.
Ola de ataques químicos en el Reino Unido
Aparte de pretender atacar el país norteamericano, Barat, a quien se le incautó una libreta con datos sobre explosivos, venenos y productos químicos, reconoció haber urdido otra trama denominada "Proyecto de limusinas de gas" para atentar en el Reino Unido. En concreto, explicó Lawson, ese plan "implicaba estacionar tres limusinas con cilindros llenos de gas y explosivos para detonarlos en aparcamientos subterráneos", y se perfilaba como la "piedra angular" de una cadena de ataques.
Además, el propio Barot admitió haber ideado otro proyecto para hacer estallar en territorio británico al menos una "bomba sucia" compuesta de materiales radiactivos y capaz, por consiguiente, de contaminar con radiación extensas zonas. Según la Fiscalía, el presunto terrorista argumentó que la idea de la "bomba sucia" no buscaba causar muerte de personas, sino "más bien provocar heridas, miedo, terror y caos".