LD (Agencias) El atentado fue perpetrado contra una logia masónica, y además de las dos víctimas mortales (entre ellas uno de los terroristas) dejó siete heridos, incluido el segundo terrorista, identificado como Abdula Islam.
Este terrorista perdió un brazo y recibe en estos momentos tratamiento en un hospital de la ciudad. Según varios testigos, Islam gritaba "muerte a Israel" cuando se le trasladaba al en ambulancia al centro médico.
"Uno de los heridos ha sido dado de alta, pero tres de ellos se encuentran en estado crítico, incluido uno de los asaltantes", dijo el gobernador de Estambul, Muammer Guler, tras visitar el hospital en la mañana de este miércoles. Asimismo, afirmó que los organismos de seguridad turcos abrieron inmediatamente una investigación sobre el atentado.
Descartó, sin embargo, que la nueva acción terrorista tenga relación con los atentados suicidas que en noviembre tuvieron como blanco dos sinagogas, el consulado británico y una sucursal del banco HSBC. "El método empleado esta vez, así como el tipo de armas y explosivos, son diferentes de los del año pasado", dijo Guler desde el lugar del ataque, un edificio de tres plantas en el distrito de Kartal, que alberga un restaurante regentado por una logia masónica, blanco contra el que se dirigía el atentado.
Irrumpieron en el restaurante al grito de "Alá es grande"
Los terroristas dispararon al guardia de seguridad del edificio antes de irrumpir en el restaurante, al grito de "Ala Akbar" (Alá es grande), y ametrallar el comedor, donde se encontraban unas 40 personas. Uno de los terroristas hizo estallar cerca de la puerta de entrada la bomba que llevaba consigo, lo que provocó su propia muerte y la de uno de los camareros. Como consecuencia de la explosión, el otro terrorista resultó gravemente herido en el estómago y perdió un brazo, por lo que no consiguió utilizar los explosivos que portaba.
Entre tanto, la prensa local critica a los organismos de seguridad. Así, el periódico Yeni Safak, próximo al gobernante Partido para la Justicia y el Desarrollo (PJD), afirma que la Policía "hubiera podido impedir semejante acto si hubiera tenido un activo servicio de inteligencia". El nuevo atentado ha tenido lugar apenas dos semanas después de que la Fiscalía de la Seguridad del Estado acusara oficialmente a 65 personas de estar implicadas en los atentados de noviembre, en los que cuatro terroristas suicidas utilizaron vehículos cargados de explosivos.
Según la Fiscalía, que ha pedido cadena perpetua para cinco de los acusados, los atentados fueron ordenados por Habib Aktas, considerado el representante en Turquía de Al-Qaeda, y financiados por otros miembros de la red terrorista en Europa e Irán. Aktas, junto a otros ocho presuntos responsables locales de Al Qaida, serán juzgados en rebeldía. Según la Policía turca, los cuatro terroristas suicidas eran miembros del grupo integrista local Beyiat Al Imam, cuyos dirigentes tienen vínculos con el cabecilla de Al Qaeda, Osama ben Laden.