(Libertad Digital) El choque comenzó hacia las seis de la madrugada del viernes –hora española–, en Badghis, una provincia bajo responsabilidad española –90 kilómetros al norte de la base de Qal-e-Naw–, al caer una patrulla del Ejército afgano en una emboscada de talibanes.
Tropas españolas acudieron en auxilio de sus colegas afganos, iniciándose un combate que duraría más de dos horas. Según el Ministerio de Defensa, intervinieron también aviones de la OTAN, convocados y guiados por los soldados españoles.
Siete soldados afganos y veinte terroristas han caído durante la escaramuza, mientras que entre las tropas españolas no se ha producido ninguna baja. La misma fuente gubernamental ha informado de que la mayoría de los terroristas abatidos lo fueron por el bombardeo de los aviones aliados.
Ha sido el choque más violento en el que han participado militares españoles desde el inicio de su misión en Afganistán, en 2002.
Los soldados que formaban la patrulla están integrados en el PRT (equipo de reconstrucción provincial) español, situado en Q-Li-Now, ciudad a unos 90 kilómetros al sur de donde ocurrió el incidente.
El Ministerio ha precisado que la patrulla a la que los soldados españoles daban apoyo la formaban unos 40 militares afganos, entre quienes se han producido al menos siete muertos.
La patrulla en la que se integraban los españoles pidió y recibió por parte de ISAF apoyo aéreo para dispersar a los atacantes.
Tras el ataque se tomaron las medidas apropiadas para proteger a los efectivos, que estuvieron en la zona en una localización segura antes de replegarse a Bala Murghab.
Dos militares afganos heridos fueron evacuados a las bases españolas de Q-Li-Now y Herat respectivamente, para ser tratados allí.
Defensa añade que, por el momento, se desconoce el origen del ataque y no descarta que pudiera proceder de algún grupo insurgente talibán, de "señores de la guerra" de la zona o de narcotraficantes.
El Ministerio ha precisado que la patrulla a la que los soldados españoles daban apoyo la formaban unos 40 militares afganos, entre quienes se han producido al menos siete muertos.
La patrulla en la que se integraban los españoles pidió y recibió por parte de ISAF apoyo aéreo para dispersar a los atacantes.
Tras el ataque se tomaron las medidas apropiadas para proteger a los efectivos, que estuvieron en la zona en una localización segura antes de replegarse a Bala Murghab.
Dos militares afganos heridos fueron evacuados a las bases españolas de Q-Li-Now y Herat respectivamente, para ser tratados allí.
Defensa añade que, por el momento, se desconoce el origen del ataque y no descarta que pudiera proceder de algún grupo insurgente talibán, de "señores de la guerra" de la zona o de narcotraficantes.