Jua, jua, jua. Cuando la progrHez va a la guerra, el ridículo está asegurado.
Será que no hay viento de levante.
Le plantearía a Trini, una cuestión parecida a la que el Rey, le planteó a Hugo Chavez, ¿PARA QUE HABLAS? Ella inmersa en sus asuntos no lo comprendería, pero puede explicárselo uno de sus asesores. Cada vez que esta mujer habla sube el pan y no baja el vino.