L D (EFE) El Consejo Federal de la Liga deliberó horas después de que el líder de la formación, Umberto Bossi, presentara su dimisión como ministro para las Reformas y miembro de la Cámara italiana de Diputados. Le espera ahora un escaño en Estrasburgo, ya que obtuvo un acta en las recientes elecciones (13 de junio) a la Eurocámara.
Aunque se encuentra apartado de la vida pública desde el pasado 11 de marzo, debido a una grave dolencia cardíaca, Bossi ha dirigido todos los movimientos de la Liga desde el hospital suizo donde está internado. El primer ministro, Silvio Berlusconi, se trasladó el sábado hasta Lugano para tratar de convencer a su socio de que no abandonase el Gabinete; o, en caso de que tal ocurriera, para que nombrara un sustituto (que, según fuentes citadas por la agencia EFE, podría ser Roberto Calderoli, vicepresidente del Senado). Al día siguiente Bossi recibía la visita de sus correligionarios, con los que preparó la reunión de Milán.
La Liga permanecerá en el Ejecutivo, pero ha puesto como condición que salga adelante la reforma federal que promueve, y que –a falta de su paso por la Cámara Baja– ya ha obtenido el visto bueno del Senado. El problema es que es un proyecto que no cuenta con el respaldo de otros dos socios de la coalición gubernamental: la Alianza Nacional (AN, derecha) y la UDC (democristianos).
En el comunicado que han dado a conocer en Milán los dirigentes de la Liga justifican la dimisión de Bossi en que éste quiere "tener las manos libres" para ocuparse del partido y "presionar desde fuera", a fin de que "no se desvirtúe" su objetivo federalista.
Además, anuncian que sus ministros, Roberto Castelli (Justicia) y Roberto Maroni (Trabajo), "seguirán en el Gobierno y mantendrán su palabra, incluso frente a la constatada traición de los aliados". Aluden así tanto a la oposición que su programa encuentra en el seno de la coalición gobernante como a la destitución del titular de Economía, Giulio Tremonti, impulsada por el vicepresidente del Ejecutivo y líder de la AN, Gianfranco Fini. Tremonti era el gran aliado de Bossi en el Gobierno.
Además, anuncian que sus ministros, Roberto Castelli (Justicia) y Roberto Maroni (Trabajo), "seguirán en el Gobierno y mantendrán su palabra, incluso frente a la constatada traición de los aliados". Aluden así tanto a la oposición que su programa encuentra en el seno de la coalición gobernante como a la destitución del titular de Economía, Giulio Tremonti, impulsada por el vicepresidente del Ejecutivo y líder de la AN, Gianfranco Fini. Tremonti era el gran aliado de Bossi en el Gobierno.
Desde la oposición se ha valorado la dimisión de este último como un signo más de que el Gabinete Berlusconi camina “hacia un precipio político”, y se han redoblado las peticiones de comicios anticipados. También se han sucedido los llamamientos a la conformación de un pacto que englobe a la mayor parte de las fuerzas de izquierda y centroizquierda: no parece cosa fácil, dada la fragmentación y las discrepancias de fondo que se observan en ese lado del espectro político italiano.