L D (EFE) Aunque China, mediador entre EEUU y Corea del Norte con la ayuda de Corea del Sur y Japón, ha dejado claro que "la agenda y la duración son flexibles", los expertos creen posible que las reuniones duren tres días, como mínimo, si la voluntad de consenso entre las partes es real.
"Se trata de una ronda (la segunda) muy importante. China defiende la flexibilidad para obtener resultados positivos. Pero, todas las partes son las que deben decidir", declaró un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino.
"Se trata de una ronda (la segunda) muy importante. China defiende la flexibilidad para obtener resultados positivos. Pero, todas las partes son las que deben decidir", declaró un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino.
Tras el fracaso de la primera reunión multipartita en agosto, destinada a encontrar una solución pacífica al conflicto originado por los programas norcoreanos de enriquecimiento de uranio para fabricar armas atómicas (lo que Corea del Norte niega), además del ya reconocido de plutonio, Pyongyang ofreció en diciembre la congelación nuclear. Ante la exigencia de Washington de "total desmantelamiento irreversible y verificable", China, vital interlocutor económico de EEUU y aliado comunista del régimen de Pyongyang, trabajó para reanudar el diálogo mientras Corea del Sur y Japón analizaban la posibilidad de ofrecer "contrapartidas".
Fuentes japonesas destacaron tras una reunión bilateral con el secretario de Estado adjunto para Asuntos Asiáticos, James Kelly, que parece avistarse cierta flexibilidad de Washington ante la idea de "contrapartidas" si la congelación se acompaña de condiciones. En vísperas de la cita de Pekín, el portavoz del Departamento norteamericano de Estado, Richard Boucher, recordó que el secretario de Estado, Colin Powell, dejó claro que EEUU acude a la capital china "sin intención de invadir Corea del Norte, sin hostilidad y con deseo de tratar los asuntos que se encuentren sobre la mesa".
Según una propuesta que circula en los pasillos de la reunión, EEUU, Japón y Corea del Sur podrían aceptar, por el momento, que Corea del Norte se comprometa por escrito a desmantelar sus programas nucleares, establecer un grupo de trabajo y fijar una tercera ronda de conversaciones. Ciertas informaciones sugieren también que Corea del Norte está dispuesta esta vez a hablar –y por lo tanto a reconocer su existencia– del programa de enriquecimiento de uranio. No obstante, el viceministro de Asuntos Exteriores del régimen norcoreano, Kim Kye-gwan, ha declarado que las conversaciones "serán difíciles" a menos que EEUU cambie de actitud.