LD (EFE) El 11 de septiembre de 2001, cuando Al-Qaeda lanzaba atentados en Nueva York y Washington, un segundo grupo de terroristas planeaban atacar instituciones financieras neoyorquinas, incluyendo la Bolsa de Valores, y edificios oficiales cercanos al Pentágono, en la zona metropolitana de la capital estadounidense.
La existencia de esa segunda conspiración ha quedado al descubierto al hacerse público la presentación de cargos contra tres británicos acusados de participar en ese complot. Sin embargo, los documentos de la acusación no establecieron si existía alguna vinculación directa entre los autores de los atentados del once de septiembre y este segundo grupo terrorista.
Según los documentos judiciales, los tres británicos están detenidos en el Reino Unido desde agosto del año pasado, cuando se les encontró en posesión de material sospechoso durante una investigación simultánea. Aunque no se sabía en qué etapa estaban los planes terroristas, en esa ocasión el Gobierno de EEUU declaró la "alerta naranja", el segundo grado en una escala de cinco de medidas antiterroristas, para Washington, Newark y Nueva York.
La primera pista sobre el complot terrorista contra EEUU fue dada por la policía de Pakistán, cuyos agentes requisaron una computadora en la que encontraron información sobre las actividades de los presuntos conspiradores. Islamabad alertó de inmediato a la Policía británica que arrestó a ocho personas, entre ellas los tres británicos identificados como Dhiren Barot -también conocido como "Esa" o "Issa al-Hindi"-, Nadeem Tarmohamed y Qaisar Shafi.