LD (Agencias) Según informó el comandante polaco Andrzej Wiatrowski, portavoz de la División Internacional, el ataque en Kerbala no causó víctimas ni mayores pérdidas materiales. El incidente se produjo a 35 kilómetros de la ciudad sagrada de Kerbala, cuando los soldados polacos fueron ametrallados y bombardeados con granadas. La unidad polaca respondió al fuego enemigo y abandonó inmediatamente el lugar de la agresión.
En Tikrit, el Ejército estadounidense destruyó una gran cantidad de armas y municiones, algunas incautadas a grupos partidarios del régimen del derrocado Sadam Husein. El armamento destruido incluía tanques, cohetes, lanzagranadas ARPG, cajones de munición y diversos tipos de explosivos, además de otro material militar. Según un comunicado repartido por los responsables estadounidenses a los periodistas presentes, la mayor parte del material volado de forma controlada perteneció al desmantelado Ejército iraquí, que la Autoridad Provisional estadounidense desmontó el pasado mayo.
Por otra parte, un estudio del Proyecto para Alternativas de Defensa (PDA), un instituto independiente de estudios militares, desvela que entre 11.000 y 15.000 iraquíes, un treinta por ciento de ellos civiles, murieron en la guerra. Las muertes se registraron entre el veinte de marzo y el primero de mayo, fecha en que el presidente de EEUU, George Bush, declaró el fin de los combates principales. En comparación, durante este período perdieron la vida 201 soldados de las fuerzas invasoras, 148 de ellos estadounidenses. A pesar de los avances en tecnología militar de precisión y el menor número de bombardeos, murieron más civiles en esta guerra que en la de 1991, de acuerdo con los cálculos de PDA. En total perecieron este año entre 3.200 y 4.300 "no combatientes", esto es, civiles que no participaron en el conflicto, según el estudio.