LD (Agencias) El ministro de Asuntos Exteriores de Sudán ha expresado la “indignación” de su Gobierno por la incautación de los explosivos que transportaba el “Baltic Sky”. Oficialmente, indicó que el cargamento está destinado al “uso civil”. Un portavoz de la firma tunecina Sociedad Tunecina de Explosivos y Municiones (“Sotemu”) admitió que vendió “para fines estrictamente civiles” la carga de explosivos que transportaba el barco interceptado por la guardia costera griega ante la presunción de que estuviera implicado en una operación de apoyo al terrorismo. La empresa explicó que las 680 toneladas de explosivos fueron vendidas legalmente a una sociedad sudanesa basada en Jartum y denominada "Integrated Chemicals and Development" (ICD), tras verificar que el uso de la carga era de carácter civil. La firma exportadora tunecina aseguró que los documentos de acompañamiento de la carga son legales, fueron supervisados por las autoridades competentes del puerto de Gabes, y no cree que el destino de los explosivos tuviera relación con alguna actividad del terrorismo internacional.
El navío matriculado en las islas Comores efectuó la carga los días 12 y 13 de mayo en la ciudad tunecina de Gabes, de donde partió hacia Port Sudan, según el portavoz de la empresa tunecina. Esta última alertó a las autoridades tunecinas el 6 de junio cuando el armador del barco, una sociedad chipriota llamada “Aegas”, les informó que confiscaría la carga por discrepancias a propósito del flete que debía abonar la empresa importadora sudanesa. La alerta se dio al comprobarse que el “Baltic Sky” cambió de rumbo cuatro días antes y se dirigió hacia el mar Negro sin dar explicaciones. El navío fue interceptado al entrar en las aguas territoriales griegas y se encuentra en el puerto de Platiyali, a 230 kilómetros. al noroeste de Atenas, bajo el control de fuerzas especiales del Ejército griego.
Ya en tierra, el fiscal de la ciudad de Mesologi acusó a los siete tripulantes del navío (cinco ucranianos y dos azerbaiyanos) de los delitos de posesión y transporte de armas, además, deberán responder por la supuesta violación de las leyes internacionales de navegación. La compañía propietaria del buque, "Alpha Shipping INC", con sede en las islas Marshall, también fue acusada de "autora moral" del delito. El ministro de Marina Mercante, Yorgos Anomeritis, declaró en Atenas que el "Baltic Sky" era una auténtica "bomba flotante" y que se estaban haciendo todas las pesquisas para determinar el origen y el destino del cargamento. Hasta el momento, los documentos encontrados por las autoridades griegas a bordo del barco, parecen legales, según informó la agencia de noticias griega ANA . Los primeros datos afirmaban que el cargamento iba dirigido a una empresa ficticia en Jartum con sólo una dirección postal que no existe.
El navío matriculado en las islas Comores efectuó la carga los días 12 y 13 de mayo en la ciudad tunecina de Gabes, de donde partió hacia Port Sudan, según el portavoz de la empresa tunecina. Esta última alertó a las autoridades tunecinas el 6 de junio cuando el armador del barco, una sociedad chipriota llamada “Aegas”, les informó que confiscaría la carga por discrepancias a propósito del flete que debía abonar la empresa importadora sudanesa. La alerta se dio al comprobarse que el “Baltic Sky” cambió de rumbo cuatro días antes y se dirigió hacia el mar Negro sin dar explicaciones. El navío fue interceptado al entrar en las aguas territoriales griegas y se encuentra en el puerto de Platiyali, a 230 kilómetros. al noroeste de Atenas, bajo el control de fuerzas especiales del Ejército griego.
Ya en tierra, el fiscal de la ciudad de Mesologi acusó a los siete tripulantes del navío (cinco ucranianos y dos azerbaiyanos) de los delitos de posesión y transporte de armas, además, deberán responder por la supuesta violación de las leyes internacionales de navegación. La compañía propietaria del buque, "Alpha Shipping INC", con sede en las islas Marshall, también fue acusada de "autora moral" del delito. El ministro de Marina Mercante, Yorgos Anomeritis, declaró en Atenas que el "Baltic Sky" era una auténtica "bomba flotante" y que se estaban haciendo todas las pesquisas para determinar el origen y el destino del cargamento. Hasta el momento, los documentos encontrados por las autoridades griegas a bordo del barco, parecen legales, según informó la agencia de noticias griega ANA . Los primeros datos afirmaban que el cargamento iba dirigido a una empresa ficticia en Jartum con sólo una dirección postal que no existe.