L D (Agencias) Nadie en Reino Unido ha criticado que el primer ministro británico mantuviera a la vez su agenda en la Cumbre del G-8 y la gestión de la crisis por el ataque a Londres. En Gleneagles se ha hablado de Kioto, de la ampliación de la ayuda a los países pobres, de la condoncaión de deudas y de la apertura del mercado para salir de la pobreza. Pero, después del 7-J también se ha apostado por perseguir con determinación al terrorismo. El propio Tony Blair ha dicho que "no hay futuro ni esperanza para los terroristas".
Detrás de esa aparente normalidad tras haber sufrido un ataque terrorista coordinado contra el centro de Londres, el Gobierno que preside Tony Blair está gestionando la investigación sin recibir presión alguna. Se abren hipótesis pero nadie duda de los datos que, con cuentagotas y en espera de la máxima información, ofrece el Ejecutivo británico y la Policía de Londres. En la rueda de prensa posterior a la cumbre, muchos periodistas preguntaron tanto por cuestiones económicas que interesaban a sus países como por detalles del atentado. Desde un medio español, El País, también hubo pregunta, formulada en inglés:
"Soy Ernesto Ekaizer del diario El País. Mi pregunta es si se podría aceptar que algo se hizo mal para que los terroristas cometieran el atentado".
Mientras, Londres sigue contando sus muertos y buscando a los culpables.
Los responsables de la seguridad de la ciudad comparecieron en una rueda de prensa este viernes. El primero en tomar la palabra fue el comisionado de la Policía Metropolitana, Ian Blair, quen ha proporcionado un nuevo balance de los muertos por los atentados. Según sus datos, más de cincuenta personas han muerto y setecientas permanecen heridas. Sólo variarán esta cifra, si aumenta, cuando las víctimas estén identificadas y lo sepan las familias. Una de las novedades es que 13 de los muertos fueron hallados entre los restos del autobús que estalló en Tavistock Square.
Ian Blair indicó que en la jornada del jueves se registraron sólo cuatro ataques: tres contra diferentes estaciones de metro y uno contra un autobús de dos pisos. En un principio, dijo, se pensó que eran seis las bombas que habían explotado por la cantidad de heridos y gente que salía de las estaciones del metro. Posteriormente, explicó que el cuerpo de artificieros llevaron a cabo explosiones tres explosiones controladas en el sistema subterráneo y dos en el autobús.
El comisario de operaciones especiales de la Policía londinense, Andy Hayman, ha informado de que los expertos consideran que había paquetes sospechosos en los trenes donde se produjeron los ataques. En el autobús, dijo, no hay detalles del artefacto utilizado aunque explicó que se han encontrado rastros de explosivos. Cada una de las bombas contenía menos de 4,5 kilos de explosivo y seguramente se encontraban en el suelo o, en el caso del autobús, en un asiento.
Una dotación de agentes de la Policía se encuentra trabajando en los túneles que convergen en la estación de King´s Cross, una de las estaciones atacadas y a donde llegan seis líneas de metro. Respecto a la autoría, la Policía informa de que las cámaras de seguridad pueden aportar datos "cruciales". Los expertos están buscando huellas, restos explosivos o detonadores y otro tipo de pruebas. El grupo especial de investigación, aceptó el jefe Blair, trabaja en todas las posibilidades, incluida la de que las bombas fueran accionadas mediante telefonos móviles, aunque, destacó, no es una pista prioritaria, ya que en los túneles no hay cobertura. No hay detenciones comunicadas oficialmente.
De acuerdo con el jefe de la Policía, Ian Blair, 700 personas resultaron heridas, de las cuales 350 fueron atendidas en el lugar de los sucesos y otras 350 fueron ingresadas en hospitales de la ciudad. De los ingresados, cien pasaron la noche en el hospital y 22 se encuentran en estado muy grave. El comisionado afirmó que no se puede descartar que la cifra de muertos aumente porque aún existen cadáveres que no han podido ser rescatados del interior de los trenes que circulaban por la estación de Ruse.