LD (Agencias) Los doscientos efectivos del Ejército de Nigeria que constituyen la vanguardia del contingente enviado a Liberia por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental avanzan hacia Monrovia desde el aeropuerto internacional Roberts, a cincuenta kilómetros al este de la capital, donde han establecido su cuartel general. Portavoces de la fuerza de paz señalaron que las tropas nigerianas podrían entrar este mismo miércoles en la capital, aunque no precisaron la hora en que ello ocurrirá. Mientras tanto, tres helicópteros estadounidenses aterrizaron en la sede de la embajada de EEUU. Washington admitió también el envío de diez marines, del porta-helicópteros “Iwo-Jima” y de dos buques de guerra que permanecen frente a las costas liberianas. Los dos grupos de militares brindarán apoyo logístico a sus compañeros nigerianos.
El despliegue del contingente pacificador, que envió sus primeros efectivos el lunes pasado, se ha desarrollado sin incidentes ya que las tropas leales al gobierno del presidente Charles Taylor y los milicianos del Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD) respetan una tregua. Grupos de ambos bandos, que hasta el pasado fin de semana combatieron encarnizadamente, pudieron ser vistos reunidos en los puentes entre el puerto monroviano de Freeport -en manos rebeldes- y el centro de la capital -bajo control gubernamental-, donde conversaron y se dieron la mano antes de regresar a sus respectivas posiciones. Los líderes del LURD han prometido a los comandantes del contingente militar africano que las agencias humanitarias pueden usar Freeport para llevar a Monrovia los alimentos, agua potable y medicamentos que necesita la población civil, atrapada durante casi dos meses en el fuego cruzado de las facciones en pugna.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos envió este lunes un buque con asistencia de emergencia desde Abiyán, en la vecina Costa de Marfil. El barco, que durante los próximos dos meses permanecerá frente a las costas liberianas, se convertirá en la base para la representación del PMA en Liberia que se encargará de coordinar la distribución de la ayuda por todo el país. Pese a que los preparativos están en marcha para paliar la desesperada situación de los civiles y prevalece un ambiente de calma propiciado por la cercana presencia de la fuerza de interposición, aun persiste la incertidumbre sobre si la paz será duradera.
La confusión ha sido causada por la falta de decisión de Taylor de abandonar el poder, tal como piden los rebeldes para terminar con la guerra y como exige el presidente de EEUU, George Bush, como condición previa para brindar su asistencia militar a la CEDEAO. Taylor anunció el sábado pasado que renunciará y abandonará el país el próximo día once y viajará a Nigeria, donde le han ofrecido asilo político. Por su parte, el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, dijo que Taylor le había confirmado por teléfono que partiría hacia Nigeria el próximo lunes. Sin embargo, portavoces de la presidencia liberiana siguen asegurando que el jefe de Estado "no viajará a Nigeria" hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona, instancia judicial aprobada por la ONU, no retire los cargos que le ha hecho por crímenes de guerra y contra la humanidad durante el conflicto civil en este país.
El despliegue del contingente pacificador, que envió sus primeros efectivos el lunes pasado, se ha desarrollado sin incidentes ya que las tropas leales al gobierno del presidente Charles Taylor y los milicianos del Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD) respetan una tregua. Grupos de ambos bandos, que hasta el pasado fin de semana combatieron encarnizadamente, pudieron ser vistos reunidos en los puentes entre el puerto monroviano de Freeport -en manos rebeldes- y el centro de la capital -bajo control gubernamental-, donde conversaron y se dieron la mano antes de regresar a sus respectivas posiciones. Los líderes del LURD han prometido a los comandantes del contingente militar africano que las agencias humanitarias pueden usar Freeport para llevar a Monrovia los alimentos, agua potable y medicamentos que necesita la población civil, atrapada durante casi dos meses en el fuego cruzado de las facciones en pugna.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos envió este lunes un buque con asistencia de emergencia desde Abiyán, en la vecina Costa de Marfil. El barco, que durante los próximos dos meses permanecerá frente a las costas liberianas, se convertirá en la base para la representación del PMA en Liberia que se encargará de coordinar la distribución de la ayuda por todo el país. Pese a que los preparativos están en marcha para paliar la desesperada situación de los civiles y prevalece un ambiente de calma propiciado por la cercana presencia de la fuerza de interposición, aun persiste la incertidumbre sobre si la paz será duradera.
La confusión ha sido causada por la falta de decisión de Taylor de abandonar el poder, tal como piden los rebeldes para terminar con la guerra y como exige el presidente de EEUU, George Bush, como condición previa para brindar su asistencia militar a la CEDEAO. Taylor anunció el sábado pasado que renunciará y abandonará el país el próximo día once y viajará a Nigeria, donde le han ofrecido asilo político. Por su parte, el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, dijo que Taylor le había confirmado por teléfono que partiría hacia Nigeria el próximo lunes. Sin embargo, portavoces de la presidencia liberiana siguen asegurando que el jefe de Estado "no viajará a Nigeria" hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona, instancia judicial aprobada por la ONU, no retire los cargos que le ha hecho por crímenes de guerra y contra la humanidad durante el conflicto civil en este país.