LD (Agencias) Un centenar de militares de una unidad de elite asaltó el refugio donde estaba secuestrado el grupo de 17 turistas, en la región de Tamanrasset, a unos 1.900 kilómetros al sur de Argel, y dio muerte a nueve de los captores. Hasta ahora, el Gobierno argelino había dado informaciones contradictorias sobre la situación de los turistas, ya que habló de desapariciones y de su posible salida del territorio nacional, sin emplear el término secuestro.
El primer dato oficial sobre el carácter de secuestro que revestía la desaparición de los turistas (quince alemanes, diez austriacos, cuatro suizos, un holandés y un sueco) lo dio el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, quien visitó Argel el lunes pasado. El jefe de la diplomacia alemana afirmó entonces que esperaba el pronto retorno, sanos y salvos, de sus compatriotas, y añadió que por motivos de seguridad no podía dar más indicaciones sobre el caso, aunque empleó el término de rehenes para referirse a los desaparecidos. Todo parece indicar, a juicio de los medios políticos argelinos, que las más altas autoridades de este país dieron la consigna de silencio a propósito de las desapariciones, cuando supieron con certeza que los turistas estaban secuestrados.
Los 17 turistas liberados, cuya nacionalidad se desconoce, fueron trasladados a Argel para ser repatriados a sus respectivos países. Según las primeras informaciones, la banda de secuestradores procede de Mali y puede estar compuesta por contrabandistas que habían exigido treinta millones de euros por la liberación de los turistas. En cuanto a la posible filiación integrista de los secuestradores, por el momento no se dispone de datos que confirmen este aspecto.
El primer dato oficial sobre el carácter de secuestro que revestía la desaparición de los turistas (quince alemanes, diez austriacos, cuatro suizos, un holandés y un sueco) lo dio el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, quien visitó Argel el lunes pasado. El jefe de la diplomacia alemana afirmó entonces que esperaba el pronto retorno, sanos y salvos, de sus compatriotas, y añadió que por motivos de seguridad no podía dar más indicaciones sobre el caso, aunque empleó el término de rehenes para referirse a los desaparecidos. Todo parece indicar, a juicio de los medios políticos argelinos, que las más altas autoridades de este país dieron la consigna de silencio a propósito de las desapariciones, cuando supieron con certeza que los turistas estaban secuestrados.
Los 17 turistas liberados, cuya nacionalidad se desconoce, fueron trasladados a Argel para ser repatriados a sus respectivos países. Según las primeras informaciones, la banda de secuestradores procede de Mali y puede estar compuesta por contrabandistas que habían exigido treinta millones de euros por la liberación de los turistas. En cuanto a la posible filiación integrista de los secuestradores, por el momento no se dispone de datos que confirmen este aspecto.