LD (EFE) Con el objetivo de evitar tensiones en los territorios palestinos de la franja de Gaza y Cisjordania, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha ordenado que los mandos militares se abstengan de emitir una opinión sobre el agravamiento en la salud de Yaser Arafat.
Sharon llamó a sus ministros de Estado a guardar silencio en el debate acerca de quién o quiénes serían los sucesores de Arafat una vez que se proclame oficialmente su deceso. El ministro de Defensa, Shaúl Mofaz, ordenó a las autoridades militares a limitar el ingreso de palestinos menores cincuenta años a Israel, lo que afectaba especialmente a miles de musulmanes de Cisjordania pues les impedía llegar a las mezquitas de Jerusalén.
En medios israelíes se daba por terminada la "era de Arafat" en tanto la calle palestina seguía con preocupación la información en torno del líder, que aún criticado a menudo hasta por sus propios partidarios, es un símbolo nacional.