Colabora

Sharon dice que no piensa dimitir ante las acusaciones de haber sido sobornado por un empresario

El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, que volverá a ser interrogado por la Policía, ha manifestado que no tiene intención de dimitir después de que un tribunal acusara formalmente al empresario israelí David Appel, de haber sobornado a la máxima autoridad israelí. La oposición ha exigido al ministro que asuma sus responsabilidades mientras, una encuesta desvela que Sharon ha perdido credibilidad ante electorado de su país.

LD (Agencias) La fiscal General del Estado, Edna Arbel, considera que existen pruebas suficientes para citar ante la justicia a Sharon, quien según la radio israelí, en una reunión con los editores de un periódico ruso expresó que no tenía ninguna intención de dimitir.
 
Según Arbel, existen pruebas suficientes de que Sharon ha sido sobornado por el empresario israelí David Apel. Una ampliación de la investigación es necesaria ante las nuevas pruebas en posesión de la Policía y la fiscalía, a decir de los informes. Se trata de una ayuda recibida por el primer ministro para su campaña electoral, y en particular dinero recibido por medio de su hijo Gilad, a cambio de servicios proporcionados a Apel, quien buscaba el apoyo de Sharon para resolver una serie de obstáculos oficiales para un negocio en el que se "ganaría mucho dinero".
 
Los fiscales Rahel Shiber y Ella Rubinek presentaron en el Tribunal de Tel Aviv una demanda de 33 páginas contra Apel, que incluye siete páginas de 209 testigos, entre ellos Gilad Sharón como número 207. La demanda menciona los nombres del primer ministro y el viceprimer ministro Ehud Olmert como personas que han sido sobornadas por Apel, perteneciente al Comité Central del partido Likud, dirigido por Sharon.
 
Sharon, Olmert y Guilad, sospechosos de estar implicados en delitos de soborno atribuidos a ese contratista de obras, que se habría valido de su influencia para promover un frustrado proyecto turístico en Grecia, niegan todo vínculo con el asunto. El proyecto incluía la adquisición de una isla griega para crear un centro turístico, con lo que Apel necesitaba la influencia de ambos políticos ante las autoridades de Atenas. Según la demanda, Apel pagó 700.000 dólares de un total de tres millones que había prometido para el rancho de Los Sicomoros, propiedad de Sharon y administrado por su hijo. Supuestamente, el empresario sabía que Guilad no estaba capacitado para el trabajo para el que fue contratado pero los pagos continuaron incluso después de que fuera evidente que el proyecto no tenía ninguna posibilidad de avanzar.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario