L D (EFE) Dos legisladores, Efraim Sné, del Partido Laborista, e Ilan Shalgui, del Partido Shinui, han confirmado a la prensa local noticias sobre una reunión reservada que celebraron en agosto pasado en una capital europea no identificada con Seif al Islam al Gadafi, hijo y probable sucesor del líder libio, Muamar al Gadafi.
El veterano dirigente árabe ha sido tradicionalmente uno de los más fervientes enemigos de Israel desde la fundación del Estado judío en 1948, aunque hace años autorizó la visita a Jerusalén de una excursión de peregrinos musulmanes libios. Según el diario kuwaití Al Siyasa, que hizo las primeras revelaciones sobre esos contactos reservados, a mediados de este mes llegará a Trípoli una delegación israelí formada por representantes de los Ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa, de las Fuerzas Armadas y de los Servicios Secretos (Mosad). La visita, agrega el rotativo, fue concertada el pasado viernes en la embajada de los Estados Unidos en Viena, Austria.
Vigilancia en el "muro de seguridad"
Por otro lado, las autoridades militares de Israel han comenzado a reclutar y a entrenar soldados que prestarán servicios de vigilancia a lo largo del "muro de seguridad". La radio pública informó este miércoles de que en una primera etapa serán adiestrados y apostados 700 policías militares a lo largo de esa valla, que de cuyos 750 kilómetros ya se han levantado 150. El entrenamiento de esos primeros soldados durará hasta octubre próximo pues la intención es convertirlos en profesionales, y evitar cambios de guardia en las barreras de control y en los pasos del muro que permanezcan abiertos.
Se trata de una valla de obstáculos contra terroristas palestinos de Cisjordania que en algunos tramos cuenta con un muro de cemento armado de hasta ocho metros de altura, y en otros con cercas alambradas y con sensores electrónicos para detectar infiltraciones, como la que se levanta en la frontera con Líbano. La emisora israelí indicó que por falta de presupuesto se canceló un proyecto destinado a privatizar la vigilancia del muro y confiarla a empresas de seguridad independientes del Ejército.