LD (EFE) Mohammed Iqbal Yusuf Sheik ha sido condenado a muerte por el tribunal especial que juzga los atentados en Bombay de 1993 y que dejaron 257 muertos y más de mil heridos. Estaba acusado de "conspiración criminal" por haber arrojado una granada de mano en el aeropuerto internacional de Bombay, aunque ésta no causó víctimas.
Este viernes también han sido condenados a cadena perpetua Bashir Kharirula, por dirigirse a lanzar granadas a una colonia de pescadores -aunque sin éxito-, y el recaudador aduanero Somnath Thap, por permitir el contrabando de armas de los principales acusados.
Este jueves, la corte especial condenó a muerte a tres terroristas y el miércoles a otros tres, aunque los magistrados aclararon que la pena deberá ser ratificada por el Tribunal Supremo. De los 100 acusados en el macrojuicio, 87 conocen ya el veredicto, que hasta esta semana había sido de cadenas perpetuas y penas de prisión de entre tres y diez años, aunque los principales responsables de la tragedia, Tiger Memon y Dawood Ibrahim, siguen en paradero desconocido.