LD (EFE) Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, llegó este jueves a Kabul para encabezar una ceremonia en honor de los nueve soldados galos muertos en una emboscada de terroristas talibanes. En ese ataque resultaron heridos otros veintiún soldados. La décima víctima mortal se registró este martes al volcarse el vehículo blindado que realizaba tareas de inspección en la zona donde fueron emboscados sus compañeros.
En el campamento de Warehouse, cuartel general del mando de la región de Kabul de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), liderada por la OTAN, Sarkozy dijo: "Quería deciros que el trabajo que hacéis aquí es indispensable".
Al pedir a los militares que se repongan del ataque y continúen su labor, justificó la presencia de las tropas en que en Afganistán "se juega una parte de la libertad del mundo" y "se libra el combate contra el terrorismo".
Sarkozy, que el pasado abril anunció la controvertida decisión de enviar a unos setecientos refuerzos a Afganistán, dijo a los soldados que ha ido allí para compartir su "duelo" y decirles que "todos los franceses" están conmocionados por el grave resultado de la emboscada, ocurrida a unos cincuenta kilómetros de Kabul.
En un puerto montañoso del distrito de Surobi, un centenar de terroristas talibanes tendió una trampa a un destacamento de soldados franceses de la ISAF, militares afganos y miembros de las fuerzas especiales estadounidenses, que realizaba una misión de reconocimiento.
Se trata de la peor pérdida registrada en un día por las fuerzas armadas francesas desde el comienzo de la intervención aliada en Afganistán en 2001, y para el Ejército galo desde el atentado en Beirut en 1983, que mató a 58 militares.