Sarkozy fija como prioridades la seguridad y la lucha contra la inmigración ilegal
El nuevo ministro de Interior y "número dos" del Gobierno francés, Nicolas Sarkozy, citó este jueves la seguridad y la lucha contra la inmigración ilegal como algunas de sus prioridades en esta nueva etapa. En declaraciones a la cadena de televisión TF1, Sarkozy explicó que su incorporación al Gobierno que encabeza Dominique de Villepin se debe a la necesidad de dar "una señal de unidad y responsabilidad" ante una situación política, social y económica "muy difícil" y "compleja" creada tras el rechazo masivo al Tratado constitucional europeo expresado por los franceses en las urnas.
En respuesta a quienes aseguran que su único objetivo es el Elíseo en 2007, respondió que si sólo pensase en eso no habría aceptado este nuevo reto. Consideró, por otra parte, "bastante emotivo" volver a Interior, departamento que dirigió desde mayo de 2002 a marzo de 2004, que "quise mucho" y que encabeza desde este mismo jueves, ya que ha hecho el traspaso de poderes por teléfono con Villepin, pues ambos consideran que es un puesto clave y "no había que perder ni un minuto". "Muy marcado por los acontecimientos inadmisibles de Perpiñán", una ciudad "secuestrada" por dos comunidades, gitanos y magrebíes, que se han enfrentado en las dos últimas semanas, Sarkozy anunció que viajará este viernes, a esa ciudad del sur de Francia para "pedir algunas cuentas" e interesarse por los derechos de las víctimas, otra de sus prioridades.
Puesto que el cargo de ministro delegado para las Víctimas ha desaparecido en el nuevo organigrama gubernamental, Sarkozy afirmó que "será el ministro de Estado quien se ocupe", es decir, él mismo. Los graves incidentes de Perpiñán comenzaron cuando un grupo de gitanos apaleó hasta la muerte a un magrebí tras una riña. Posteriormente se produjeron altercados y destrozos, que culminaron el fin de semana pasado con el asesinato de otro magrebí. "Pediré algunas cuentas y no tengo la intención de tolerar que dos comunidades puedan enfrentarse y se comporten como salvajes", subrayó Sarkozy. Pretende también recuperar otra de sus antiguas prioridades: la "erradicación de las filiales de inmigración ilegal" y la política de cuotas en inmigración.
Esa defensa por una "inmigración elegida y no sufrida" le opone radicalmente a Villepin y al presidente francés, Jacques Chirac, con lo que se perfila como uno de los posibles puntos de fricción con el "número uno" del Gobierno y el jefe del Estado. El endurecimiento de las penas contra los reincidentes vuelve también al centro del discurso de Sarkozy, lo que podría causar desavenencias con el recién nombrado titular de Justicia, Pascal Clément, quien criticó ampliamente esa iniciativa desde su puesto de presidente de la Comisión de Leyes de la Asamblea Nacional.
Como ministro también de la Ordenación del Territorio, Sarkozy quiere asimismo reducir las diferencias entre las regiones. Tras confirmar que mantiene su cargo en la UMP, dijo que delegará parte en el actual vicepresidente, Jean-Claude Gaudin, para "aliviarle en las tareas cotidianas". No descartó que "de aquí a otoño" sus responsabilidades como presidente del Consejo general de Hauts-de-Seine sean asumidas por el actual vicepresidente porque "los días sólo tienen 24 horas y yo tengo una tarea extremadamente difícil y quiero hacerla bien".
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