L D (EFE) "La polémica no me interesa y no cederé. Este no es el momento ni el lugar de hacer comentarios", dijo el popular Sarkozy, al término del consejo de ministros, al ser interrogado por la prensa sobre la afirmaciones de Chirac.
El jefe del Estado declaró en una intervención televisada que hay "tres años de acción por delante" y no permitirá que las polémicas "debiliten al Gobierno" y, sobre el contencioso con Sarkozy, quien no oculta sus aspiraciones de acceder al Elíseo en 2007, dijo: "yo decido y él ejecuta". "Los franceses saben bien lo que intento hacer, desde hace dos años y medio, por su seguridad, su poder adquisitivo y, hoy, por el empleo, en fin, por modernizar Francia", afirmó Sarkozy.
También se refirió a su eventual candidatura a la presidencia de la UMP, que provoca tensiones en la formación conservadora gobernante y es percibida como una amenaza para el liderazgo de Chirac, quien ha exigido que renuncie a su cargo en el Gobierno si quiere ser el líder del partido. En su opinión, un ministro presidente de la UMP mermaría la autoridad del jefe del Gobierno, por lo que si así sucediera Chirac dijo: "dimitirá o yo pondré fin a sus funciones". Las declaraciones de Chirac han sido acogidas con estupor por el mundo político francés y, según el líder de la oposición, el socialista François Hollande, demuestran la existencia de una "crisis en la dirección del Estado".
François Bayrou, líder de la centroliberal UDF, aliado de la UMP aunque cada vez más lejos de la formación gobernante, consideró que la rivalidad entre Chirac y Sarkozy es una "crisis política" que plantea "un problema institucional". "Si yo fuera Sarkozy, no podría seguir en el Gobierno", dijo.