(Libertad Digital) El acto de investidura de Francia en la presidencia semestral de la Unión Europea ha quedado empañado por el anuncio del presidente polaco, Lech Kaczynski, de no ratificar el Tratado de Lisboa. Las declaraciones del jefe de Estado de Polonia ha caído como una bomba política en su propio país –el primer ministro se ha mostrado contrario- pero sobre todo en la UE, que se esfuerza por minimizar la crisis desatada por el no irlandés.
El presidente de la República de Francia, Nicolás Sarkozy, ha aceptado contestar a las preguntas de los periodistas y ha apelado a la “honestidad” y “responsabilidad” del presidente polaco para que sea “consecuente” con el texto que él mismo negoció y firmó en Portugal y Bruselas. “Es una cuestión moral”, ha sentenciado.
“Sé que en la negociación del Tratado de Lisboa nos hemos esforzado mucho. No me imaginaba una Unión Europea sin Polonia” ha dicho el nuevo presidente de la UE, artífice, por cierto del redactado simplificado, y uno de los líderes que más lucho para atraer a los hermanos Kaczynski al acuerdo.
Sarkozy insistió una y otra vez que que el Tratado de Lisboa “lo hemos negociado con el presidente Lech Kazynski y su hermano que entonces era primer ministro”.
El presidente francés ha situado las reticencias del presidente polaco en el pulso de la política polaca –las tensiones entre el presidente y el primer ministro- que “no son una caricatura”.
Sarkozy ha presumido de conocer bien al presidente polaco: “es un hombre honesto” y se ha mostrado confiado en que “cumplirá con sus compromisos”.