L D (Nacho G. Mostazo) Sadam Husein ha aparecido en la televisión oficial iraquí este lunes por la mañana (09.15 hora española) arengando a sus tropas y conciudadanos para que defiendan su país contra los “invasores infieles” que “ocupan nuestra tierra”. El dictador iraquí, que hizo multitud de referencias a Dios (Alá), empezó relatando que Irak, ante la presión internacional para que se desarmara, “ha buscado demostrar su buena voluntad”, aunque sin dar muestras de “debilidad”, y “siempre hemos respondido”. Sin embargo, “Inglaterra y Estados Unidos, con la ayuda de los sionistas (Israel), han presentado nuevos pretextos, concluyendo con la guerra que ha comenzado ahora”, dijo.
El líder iraquí afirmó que “el gran pueblo de Irak está demostrando que merece la victoria de Dios”, a la que “tenemos derecho”. El dictador dijo también “que siempre hemos buscado evitar el mal, pero cuando el mal llega a nosotros, armado con la espada de la destrucción, no nos queda más que combatir”, porque “los invasores han llegado a revelarse como son en realidad y muestran sus intenciones malignas, que no nos sorprenden”, según Sadam. “Hoy estamos en pie, hombres y mujeres del glorioso país de Irak, y nuestros héroes y Fuerzas Armadas se yerguen en una posición que agrada al amigo y enoja al enemigo y a los infieles”, por eso, según Sadam, “saldremos victoriosos frente a nuestros enemigos”.
El dictador iraquí, tras destacar que “la invasión es injusta”, ha hecho algunas referencias temporales que llevan a pensar que sigue vivo, al afirmar que “en estos días decisivos, el enemigo usa misiles, pero no como lo hizo antes”, en la Guerra del Golfo de 1991, sino que “esta vez envía a su Ejército a ocupar nuestras tierras”. El dictador también felicitó a los combatientes en las ciudades meridionales de Um Qasr y Qadisiya y destacó que, “en esta batalla, (los enemigos) evitan a nuestros combatientes y (...) adonde quiera que van encuentran resistencia. Cada vez que avanzan (...) se encuentran a los iraquíes, que disparan contra ellos” con “valentía”, según Sadam. Por eso, como a su juicio las fuerzas aliadas “sufren dificultades en estos momentos”, es el momento de atacarles, petición que reiteró durante todo su discurso.
“Atáquenlos ahora –dijo Sadam–, ustedes, héroes, luchadores muyahidín (guerreros de Dios), ataquen a su enemigo. Iraquíes inspirados por el espíritu de la Yihad (guerra santa), atáquenlos hasta que lleguen a la conclusión de que no están en condiciones de continuar con sus crímenes contra ustedes y la humanidad”, subrayó. El dictador también hizo lo que se interpreta como un llamamiento a combatir en acciones suicidas, al referirse a los “mártires”, que “tendrán su recompensa en el paraíso”. “Ataquen al mal para vencer al mal”, dijo más adelante, “así las madres podrán dormir en paz, los padres también, y los niños, aterrorizados por la agresión”. Dirigiéndose a los iraquíes, Sadam los describió como “un gran pueblo” que luchará “para enviar de vuelta, desesperados”, a los “enemigos de la humanidad”, los “infieles”, que serán “derrotados y humillados”.
Sadam Husein permaneció en antena durante unos 20 minutos. Como en el discurso del primer día, el dictador leyó su arenga en un block de notas. Esta vez no llevaba gafas, pero también iba vestido con uniforme militar. El escenario donde se encontraba era muy austero. Estaba sentado detrás de un atril, con una bandera iraquí a su derecha, y el fondo era una simple pared blanca. Se interpreta que el dictador podría estar en uno de sus búnkeres, desde donde tiene conexión directa por cable con la televisión oficial iraquí. Para la transmisión se usaron dos cámaras: una frontal y otra lateral, que se sucedían en los planos del dictador, aunque él sólo miraba a la cámara que tenía frente a sí. Según CNN , analistas del Pentágono estudian el discurso para confirmar que se trata de Sadam.
Minutos antes de la emisión del mensaje, la televisión oficial iraquí interrumpió su programación para anunciarlo, mientras crecían las especulaciones sobre el estado de salud del dictador.
El líder iraquí afirmó que “el gran pueblo de Irak está demostrando que merece la victoria de Dios”, a la que “tenemos derecho”. El dictador dijo también “que siempre hemos buscado evitar el mal, pero cuando el mal llega a nosotros, armado con la espada de la destrucción, no nos queda más que combatir”, porque “los invasores han llegado a revelarse como son en realidad y muestran sus intenciones malignas, que no nos sorprenden”, según Sadam. “Hoy estamos en pie, hombres y mujeres del glorioso país de Irak, y nuestros héroes y Fuerzas Armadas se yerguen en una posición que agrada al amigo y enoja al enemigo y a los infieles”, por eso, según Sadam, “saldremos victoriosos frente a nuestros enemigos”.
El dictador iraquí, tras destacar que “la invasión es injusta”, ha hecho algunas referencias temporales que llevan a pensar que sigue vivo, al afirmar que “en estos días decisivos, el enemigo usa misiles, pero no como lo hizo antes”, en la Guerra del Golfo de 1991, sino que “esta vez envía a su Ejército a ocupar nuestras tierras”. El dictador también felicitó a los combatientes en las ciudades meridionales de Um Qasr y Qadisiya y destacó que, “en esta batalla, (los enemigos) evitan a nuestros combatientes y (...) adonde quiera que van encuentran resistencia. Cada vez que avanzan (...) se encuentran a los iraquíes, que disparan contra ellos” con “valentía”, según Sadam. Por eso, como a su juicio las fuerzas aliadas “sufren dificultades en estos momentos”, es el momento de atacarles, petición que reiteró durante todo su discurso.
“Atáquenlos ahora –dijo Sadam–, ustedes, héroes, luchadores muyahidín (guerreros de Dios), ataquen a su enemigo. Iraquíes inspirados por el espíritu de la Yihad (guerra santa), atáquenlos hasta que lleguen a la conclusión de que no están en condiciones de continuar con sus crímenes contra ustedes y la humanidad”, subrayó. El dictador también hizo lo que se interpreta como un llamamiento a combatir en acciones suicidas, al referirse a los “mártires”, que “tendrán su recompensa en el paraíso”. “Ataquen al mal para vencer al mal”, dijo más adelante, “así las madres podrán dormir en paz, los padres también, y los niños, aterrorizados por la agresión”. Dirigiéndose a los iraquíes, Sadam los describió como “un gran pueblo” que luchará “para enviar de vuelta, desesperados”, a los “enemigos de la humanidad”, los “infieles”, que serán “derrotados y humillados”.
Sadam Husein permaneció en antena durante unos 20 minutos. Como en el discurso del primer día, el dictador leyó su arenga en un block de notas. Esta vez no llevaba gafas, pero también iba vestido con uniforme militar. El escenario donde se encontraba era muy austero. Estaba sentado detrás de un atril, con una bandera iraquí a su derecha, y el fondo era una simple pared blanca. Se interpreta que el dictador podría estar en uno de sus búnkeres, desde donde tiene conexión directa por cable con la televisión oficial iraquí. Para la transmisión se usaron dos cámaras: una frontal y otra lateral, que se sucedían en los planos del dictador, aunque él sólo miraba a la cámara que tenía frente a sí. Según CNN , analistas del Pentágono estudian el discurso para confirmar que se trata de Sadam.
Minutos antes de la emisión del mensaje, la televisión oficial iraquí interrumpió su programación para anunciarlo, mientras crecían las especulaciones sobre el estado de salud del dictador.