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Rusia prosigue los ataques pese al alto el fuego de Georgia

LD (EFE) El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, suscribió el acuerdo de alto el fuego en presencia de los ministros de Exteriores francés, Bernard Kouchner, y finlandés, Alexander Stubb, mediadores europeos que hoy visitan la zona del conflicto y el martes llevarán el documento a Moscú.

Kouchner, cuyo país ejerce la Presidencia de turno comunitaria, presentó al líder georgiano el plan de alto el fuego en Osetia del Sur, escenario de combates por cuarto día consecutivo, y manifestó que Saakashvili está "decidido a lograr la paz".

Explicó que el objetivo de su visita a la zona era "proponer una tregua" en forma de cese inmediato e incondicional de las hostilidades, un compromiso firmado de no volver a usar la fuerza y la retirada de las tropas. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, viaja este martes a la capital rusa para abordar la situación con el jefe del Kremlin, Dmitri Medvédev, y después se desplazará a Tiflis.

Mientras, el líder ruso afirmó que había concluido "gran parte" de la operación militar para "imponer la paz" a Georgia, adonde Rusia introdujo su Ejército para defender a los separatistas, a los que en su mayoría había concedido la ciudadanía rusa. "Tsjinvali (capital suroseta) está bajo control del reforzado contingente de paz ruso", aseguró Medvédev.

El Estado Mayor del Ejército ruso declaró que sus tropas efectuaban este lunes operaciones de "desarme, captura y limpieza" de los últimos grupos armados georgianos en Tsjinvali. El mando ruso denunció que, no obstante las informaciones sobre el alto el fuego, las tropas georgianas prosiguieron hoy sus ataques esporádicos con artillería y aviación contra Osetia del Sur.

Moscu informó de que Georgia ha repatriado 800 soldados desde Irak en aviones de transporte norteamericanos, por lo que el primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, acusó de "cinismo" a EEUU. Entre otros partes de guerra, Georgia afirmó que su defensa aérea ha abatido 19 aviones rusos en los cuatro días de acciones bélicas, mientras Rusia cifró en 1.600 los civiles muertos en Osetia del Sur, donde también hubo quince soldados rusos muertos y 70 heridos.

Entretanto, Rusia anunció que sus tropas lanzaron una operación terrestre "preventiva" en una zona de Georgia muy alejada de Osetia del Sur, aunque con el fin declarado de impedir nuevos ataques contra esa zona.

El ministerio de Defensa indicó que la operación la llevan a cabo cerca de la ciudad de Senaki, en el oeste georgiano, las tropas de paz rusas emplazadas en la segunda región separatista, Abjasia, reforzadas con una "fuerza de choque" 9.000 soldados y 350 equipos militares. Senaki, que tiene en sus afueras una base militar, se encuentra al sureste de Abjasia y es un importante nudo de transportes que une el noroeste y suroeste de Georgia con Tiflis.

Según Moscú, el objetivo de la operación es impedir la reagrupación de las tropas georgianas para nuevos ataques a Osetia del Sur y la concentración de reservistas movilizados por Tiflis. La parte georgiana confirmó que carros blindados rusos ocuparon Senaki, situado a 40 kilómetros de la frontera con Abjasia, pero precisaron que las tropas georgianas se habían replegado de esa zona.

Antes, las tropas rusas habían ocupado también el distrito georgiano de Zugdidi, fronterizo con Abjasia y parte de cuyo territorio constituía la zona desmilitarizada que controlaban las "fuerzas de paz". Generales rusos afirmaron que el objetivo de su fuerza de choque en Abjasia es obligar al Ejército georgiano a abandonar los altos del desfiladero de Kodori, única zona abjasa bajo control georgiano, bajo amenaza de una acción militar directa.

Animada por el masivo apoyo militar ruso, el líder suroseta, Eduard Kokoiti, anunció a su vez una operación militar para imponer su control sobre las localidades georgianas de esta región, que ocupan aproximadamente un tercio de su territorio. Además, los dirigentes de las ambas regiones separatistas anunciaron que pedirán a la comunidad internacional para que reconozca su independencia de Georgia. "¿Cuánta sangre oseta debe derramarse hasta que reconozcan nuestras repúblicas? Esto ha sido un genocidio", aseguró Kokoiti durante una conversación telefónica con su homólogo abjaso, Serguéi Bagapsh.

Éste respondió que tras el conflicto "nadie en el mundo puede albergar la ilusión de que Abjasia y Osetia del Sur puedan convivir con Georgia en un solo Estado". Ambas repúblicas autoproclamadas, pero no reconocidas por la comunidad internacional, rompieron lazos con Georgia a comienzos de los años 90 tras sendas guerras civiles, en las que contaron con ayuda de Rusia.

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