El vicepresidente ha rechazado las acusaciones de que el Gobierno se dejase presionar por EEUU para cerrar el caso Couso y ha querido "señalar algo que se conoce y que todo el mundo olvida. Estamos ante una comunicación de la embajada de EEUU al Departamento de Estado, se trata de algo bilateral escrito por la embajada".
Rubalcaba señaló que en los cables filtrados hay "opiniones, puntos de vista, sugerencias, que sólo son de quien las escribe. Y el responsable es quien las ha escrito, en resumen, trato de decirles que hay una carga de subjetividad que todo el mundo puede apreciar si los lee".
El vicepresidente se limitó a asegurar que las actuaciones del Gobierno están siempre de acuerdo a los dictámenes de la "Ley y los Tribunales de Justicia" y que el "Gobierno español jamás ha interferido ni a jueces ni a fiscales".
Y para ilustrado ha recurrido al caso del cierre de Guantánamo: "No me siento muy reconocido en lo que se dice ahí. España siempre estuvo a favor de colaborar con la administración Obama para desmantelar Guantánamo. Siempre". Y, continuó, "me escucharon decir algo importante", que es el hecho de que la "obligación" de Europa era "ayudar a desmantelarla. Siempre sostuve que el desmantelamiento de esta cárcel ilegal era muy buena para la lucha antiterrorista, que apareciera ante el mundo como algo inserto en el Estado de Derecho".
Rubalcaba negó igualmente algunas otras informaciones aparecidas en los cables, como que "España tuvo una oferta de 85.000 dólares por cada preso" acogido de Guantánamo. "Jamás, jamás se hablo de dinero", zanjó el vicepresidente en la rueda de prensa. "Hay algo que no responde a la verdad y que tendrá una justificación que no le puedo dar. Jamás escuché esa cifra", dijo a preguntas de los periodistas.
Además, en esas filtraciones "no veo reflejada mi preocupación permanente por que el calendario lo fijara el Gobierno de España para que no supusiera ningún riesgo para los ciudadanos españoles. Eso no lo veo reflejado" en los cables, aseguró.
Rubalcaba ilustró el tema con los supuestos vuelos de la CIA con presos ilegales, aunque matizó que es un "ejemplo que no me afecta a mí" ya que la vicepresidenta De la Vega fue la que gestionó la polémica en su momento. "El Gobierno no pone reparos a los vuelos de la CIA. Si son legales, naturalmente que no, tenemos un acuerdo bilateral. Ahora, si los vuelos van detenidos ilegalmente, el Gobierno pone todos los reparos del mundo y así figura en la informaicón recogida. Una frase a veces tiene distintas interpretaciones".