L D (EFE) Condoleezza Rice que abordó la cuestión de Kosovo con el presidente ruso, Vladímir Putin, subrayó que en el proyecto de resolución presentado el viernes pasado por Washington ante el Consejo de Seguridad de la ONU "no se dice que Kosovo será independiente", pero añadió, en un jugo de palabras, que "permitirá que Kosovo sea independiente".
La jefa de la diplomacia estadounidense reconoció la posibilidad de que el caso de Kosovo siente un "inquietante precedente" y que aliente las ambiciones independentistas de otras regiones separatistas. "Kosovo tiene unas circunstancias especiales, una historia particular de las guerras balcánicas. Eso no es un precedente. Ya no hay oportunidad de que Kosovo y Serbia convivan. Lo mejor es que cada una defienda sus propios intereses", dijo.
Rice señaló que será "difícil" integrar a Serbia en Europa, mientras siga existiendo el problema de Kosovo. En cuanto a la situación de los refugiados serbios, Rice adelantó que se intentará "garantizar la protección de la minoría serbia y sus monumentos religiosos, si es posible, a través de una fuerza policial internacional". "Habrá un período que nosotros llamamos independencia bajo supervisión, cuando la comunidad internacional se encargará de comprobar que ambas partes cumplen sus obligaciones", aseveró.
El proyecto de estatuto presentado por Washington y los países europeos ante la ONU respalda las recomendaciones del mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, de conceder una independencia a esa región serbia de mayoría albanesa bajo la supervisión internacional. La resolución debería reemplazar a otra anterior, la 1244, por la que se puso fin a la guerra de los Balcanes en 1999 y se creó la misión de administración de la ONU de la provincia serbia de Kosovo (UNMIK, por su sigla en inglés).
Moscú calificó el fin de semana la resolución de "inaceptable" y adelantó que la vetará, al considerar que no tiene en cuenta la opinión de los serbios, que se oponen a la independencia de Kosovo. Serbia quiere mantener Kosovo dentro de sus fronteras y ofrece a la provincia una máxima autonomía, mientras que la abrumadora mayoría albanesa de Kosovo -un 90 por ciento de los dos millones de habitantes- reclama la independencia.
Kosovo está bajo protectorado interino de la ONU y la vigilancia de la fuerza KFOR de la OTAN desde que acabó la guerra, en junio de 1999, pendiente de la decisión sobre su estatuto final.
La jefa de la diplomacia estadounidense reconoció la posibilidad de que el caso de Kosovo siente un "inquietante precedente" y que aliente las ambiciones independentistas de otras regiones separatistas. "Kosovo tiene unas circunstancias especiales, una historia particular de las guerras balcánicas. Eso no es un precedente. Ya no hay oportunidad de que Kosovo y Serbia convivan. Lo mejor es que cada una defienda sus propios intereses", dijo.
Rice señaló que será "difícil" integrar a Serbia en Europa, mientras siga existiendo el problema de Kosovo. En cuanto a la situación de los refugiados serbios, Rice adelantó que se intentará "garantizar la protección de la minoría serbia y sus monumentos religiosos, si es posible, a través de una fuerza policial internacional". "Habrá un período que nosotros llamamos independencia bajo supervisión, cuando la comunidad internacional se encargará de comprobar que ambas partes cumplen sus obligaciones", aseveró.
El proyecto de estatuto presentado por Washington y los países europeos ante la ONU respalda las recomendaciones del mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, de conceder una independencia a esa región serbia de mayoría albanesa bajo la supervisión internacional. La resolución debería reemplazar a otra anterior, la 1244, por la que se puso fin a la guerra de los Balcanes en 1999 y se creó la misión de administración de la ONU de la provincia serbia de Kosovo (UNMIK, por su sigla en inglés).
Moscú calificó el fin de semana la resolución de "inaceptable" y adelantó que la vetará, al considerar que no tiene en cuenta la opinión de los serbios, que se oponen a la independencia de Kosovo. Serbia quiere mantener Kosovo dentro de sus fronteras y ofrece a la provincia una máxima autonomía, mientras que la abrumadora mayoría albanesa de Kosovo -un 90 por ciento de los dos millones de habitantes- reclama la independencia.
Kosovo está bajo protectorado interino de la ONU y la vigilancia de la fuerza KFOR de la OTAN desde que acabó la guerra, en junio de 1999, pendiente de la decisión sobre su estatuto final.