LD (Agencias) La repentina dimisión de la ministra colombiana de Defensa, Marta Lucía Ramírez, y su inmediata aceptación por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, pone fin a una serie de desavenencias con la cúpula militar.
En sus ediciones digitales, medios locales recuerdan que Ramírez aprobó la contratación de una empresa externa que se encargue del suministro de las raciones militares, lo que molestó al comandante en jefe de las Fuerzas Militares, general Jorge Enrique Mora. En una misiva, el general cuestionó a la funcionaria por abrir una licitación para adquirir esas raciones que, en los últimos años, habían sido provistas por el Fondo Rotatorio del Ejército, entidad adscrita al Ministerio de Defensa, y le recordaba que tenía suficiente experiencia, hasta el punto de que exportaban raciones a Chile y Ecuador.
Ramírez respondió que la licitación fue abierta por recomendación expresa de estudios de conveniencia entregados a ese despacho por oficiales especializados en contratación de la Fuerza Aérea Colombiana, el Ejército y la Armada. Al final, ambos terminaron pidiendo la intervención del procurador, Edgardo Maya, y del contralor, Antonio Hernández Gamarra. Hasta el momento, ninguno de los dos despachos ha revelado cómo van las investigaciones.