Desde su publicación, Israel ha sido radicalmente contrario a las conclusiones del informe redactado por el juez Richard Goldstone para la ONU. El resultado fue una equiparación de los crímenes de guerra entre ambos bandos, una suerte de decisión salomónica que el Estado hebreo siempre consideró injusta e infundada. Por ese evidente sesgo, Netanyahu encabezó una campaña para lograr que las Naciones Unidas rectificasen, declarando nulas las conclusiones del injusto informe, que equiparaba los crímenes de los terroristas de Hamás, con las acciones defensivas del Estado hebreo.
Y hasta ahora, Israel ha encabezado una lucha prácticamente perdida. La opinión internacional avaló el texto, condenando por igual lo sucedido entre ambos bandos, y desacreditando sobremanera a Israel.
Pero este viernes, el juez Goldstone publicó un artículo en The Washington Post que supone una rectificación en toda regla. En él, el autor del informe asegura que Israel no mató intencionadamente a civiles en sus operaciones de la Franja, mientras que Hamás asesinó deliberadamente.
Además, el juez reconoce su ingenuidad al considerar que Hamás se había comportado como un gobierno respetuoso con la ley al investigar sus propios crímenes de guerra, lanzando proyectiles de mortero desde la Franja. El magistrado despierta a la realidad ahora, y dice haber aprendido que "Hamás no está interesado en las leyes humanitarias o de derechos humanos, sino en hacer una guerra contra Israel".
En contraposición sitúa la actitud del Estado hebreo, que a pesar de rechazar las conclusiones finales del informe, "colaboró en todo momento" para dar explicación de sus acciones durante la guerra de Gaza.
La reacción del Estado ha sido inicialmente de agradecimiento, y seguidamente han exigido que la ONU retire el informe, si ha resultado ser tan impreciso como llevan años señalando. La prensa israelí ha acogido el anuncio con alegría, aunque también le ha dado un tirón de orejas a su país por "haber intentado boicotear" la comisión Goldstone al no estar de acuerdo. "La lección a extraer es que n o debemos asumir que los jueces y los investigadores están sesgados en contra de nosotros. Incluso si ese es el caso, es mejor para la causa de Israel luchar durante la investigación en lugar de luchar contra las conclusiones posteriores de la ONU que ya se han adoptado oficialmente", asegura Haaretz.
Ahora la pelota está en el tejado de la ONU. Si el redactor del informe ha expuesto de manera tan evidente lo equivocado que estaba en la redacción y consideraciones del documento...¿No debería la ONU retirarlo oficialmente, por haber quedado demostrada su invalidez?