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Reanudan las ejecuciones en el Líbano pese a la fuerte oposición de la UE y de las ONG

La ejecución de tres libaneses convictos por asesinato ha cerrado este sábado un período de seis años sin pena capital en el Líbano, pese a la oposición de la Unión Europea (UE) y de organizaciones pro derechos humanos. Los tres hombres, Ahmed Mansur, Badih Hamadeh y Remy Zatar, eran ejecutados en el patio de la prisión de Rumieh, la mas grande de Líbano, situada al este de Beirut.

L D (EFE) Mansur, reconocido culpable del asesinato el 31 de julio del 2002 de ocho de sus colegas en un departamento del Ministerio de Educación, ha sido ahorcado, mientras que Hamadeh y Zatar han sido fusilados.

Hamadeh, conocido también como Abu Obeida, es un miembro del grupo musulmán extremista de tendencia salafí, con sede en el campamento de refugiados palestinos de Ain el Helu, el más grande del Líbano y situado en las afueras de la ciudad de Sidón. El 12 de julio del 2002 atacó a un grupo de miembros de los servicios de información del Ejército libanés que trataban de detenerlo cerca de Ain el Helu, matando a dos oficiales y a un soldado, por lo que fue condenado a muerte. Zatar lo fue por el asesinato el 1 de julio del 2000 de dos integrantes de la Defensa Civil y de un oficial sirio.

Las ejecuciones han tenido lugar a las 4,00 horas de la madrugada en España, sin público presente. Decenas de personas se habían congregado desde el viernes cerca de la cárcel, donde organizaron una sentada simbólica en protesta por las ejecuciones. Las autoridades prohibieron la entrada de periodistas a la prisión. Los cadáveres de los ejecutados fueron trasladados en ambulancia al hospital público de Baabda, en el este de la capital, acompañados por religiosos cristianos y musulmanes que asistieron a las ejecuciones. Esta es la primera vez durante la presidencia del jefe de Estado libanés, Emile Lahud, que se llevan a cabo ejecuciones de reos.

Los últimos condenados a esta pena capital fueron Wissan Nayef Issa y Hassan Nada Abu Jabal, ahorcados en una plaza pública, en mayo de 1997, en Tabarja, al norte de Beirut. La aplicación de la pena de muerte es tema de debates en el Líbano desde el comienzo del mandato de Lahud, tras el rechazo del ex primer ministro Salim Hoss de firmar la sentencia contra dos condenados. Varias ONG locales, apoyadas por la Unión Europea, han emprendido una campaña para abolir la pena de muerte en el país, pero sin resultado hasta ahora.

Francia apeló el viernes al poder del presidente libanés para que indulte a una treintena de civiles y militares condenados a muerte en el país asiático, y recordaba que la pena capital "se opone al espíritu del acuerdo de asociación firmado por el Líbano con la UE". Un portavoz del Ministerio francés de Exteriores dijo que su país, así como otros varios estados de la UE, han llevado a cabo gestiones ante las autoridades de Beirut para que se condonaran las penas capitales. La presidencia de turno irlandesa de la UE también pidió en un comunicado que Lahud suspendiera las ejecuciones y siga trabajando para abolir la pena de muerte, que calificaba de un castigo "cruel e inhumano".

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