L D (Agencias) Varios periódicos paquistaníes han criticado con dureza la declaración del estado de excepción por parte del presidente Pervez Musharraf, en lo que consideran "un grave error", un paso "draconiano" y el "segundo golpe" del general, tras el que protagonizó en 1999 para llegar al poder. El periódico Dawn, en un editorial titulado "Otro movimiento hacia el absolutismo", afirma que la población de Pakistán "ha sido engañada".
"Hemos retrocedido al paso uno. Retrocedido al 12 de octubre de 1999 (cuando Musharraf dio el golpe de Estado). Todas los logros obtenidos en estos años se han ido por el desagüe", señala el rotativo. "La proclamación del estado de excepción habla de 'un aumento visible de las actividades de los extremistas' como la razón para imponer la emergencia. Francamente, ni el más iluso entre nosotros compraría este argumento", añade. "Sostenemos categóricamente -continúa- que lo que ha llevado a Musharraf a declarar la emergencia fueron las dudas sobre el veredicto del Supremo sobre su derecho a participar en la elección presidencial" del pasado 6 de enero, en la que fue reelegido para un nuevo mandato de cinco años.
"Un paso draconiano", sostiene el diario The Nation, que plantea que la declaración del estado de excepción es una "ley marcial virtual" y que con ella, Musharraf ha hecho que el país "caiga en picado" con el único objetivo de "salvar su puesto de presidente". El rotativo Daily Times habla abiertamente de "ley marcial" y hace notar que la declaración emitida la firmó Musharraf "como jefe de las Fuerzas Armadas", y no en su calidad de presidente. El nuevo orden constitucional, apunta, es "una desviación de la Constitución" que sólo puede ser ordenada por un jefe de las Fuerzas Armadas.
"Hemos retrocedido al paso uno. Retrocedido al 12 de octubre de 1999 (cuando Musharraf dio el golpe de Estado). Todas los logros obtenidos en estos años se han ido por el desagüe", señala el rotativo. "La proclamación del estado de excepción habla de 'un aumento visible de las actividades de los extremistas' como la razón para imponer la emergencia. Francamente, ni el más iluso entre nosotros compraría este argumento", añade. "Sostenemos categóricamente -continúa- que lo que ha llevado a Musharraf a declarar la emergencia fueron las dudas sobre el veredicto del Supremo sobre su derecho a participar en la elección presidencial" del pasado 6 de enero, en la que fue reelegido para un nuevo mandato de cinco años.
"Un paso draconiano", sostiene el diario The Nation, que plantea que la declaración del estado de excepción es una "ley marcial virtual" y que con ella, Musharraf ha hecho que el país "caiga en picado" con el único objetivo de "salvar su puesto de presidente". El rotativo Daily Times habla abiertamente de "ley marcial" y hace notar que la declaración emitida la firmó Musharraf "como jefe de las Fuerzas Armadas", y no en su calidad de presidente. El nuevo orden constitucional, apunta, es "una desviación de la Constitución" que sólo puede ser ordenada por un jefe de las Fuerzas Armadas.
"Sábado Negro" es el titular del editorial de The News, que considera la medida tomada por Musharraf como "uno de los más graves errores de juicio" del general y una prueba de que "no se ha aprendido nada de los errores del pasado". El estado de excepción y la suspensión de la Constitución de 1973 "destruirá las instituciones que este país necesita urgentemente para evolucionar hacia una democracia, especialmente la judicatura, los medios y el Parlamento", concluye.
La comunidad internacional también ha reaccionado, el ministro australiano de Exteriores, Alexander Downer, ha condenado la declaración del estado de excepción en Pakistán, e instó a las autoridades de ese país a retomar cuanto antes la senda constitucional. "Australia insta al retorno lo antes posible del proceso democrático y la ley constitucional en Pakistán", ha dicho Downer en un comunicado.
El ministro ha llamado a todos los partidos paquistaníes a "ejercer la moderación y la calma en estos difíciles tiempos". Downer ha señalado que Pakistán debe seguir contando con los derechos civiles de sus habitantes, la libertad de acción de sus partidos políticos y la fortaleza del sistema judicial y de los medios de comunicación si desea alcanzar una plena democracia.
El ministro ha llamado a todos los partidos paquistaníes a "ejercer la moderación y la calma en estos difíciles tiempos". Downer ha señalado que Pakistán debe seguir contando con los derechos civiles de sus habitantes, la libertad de acción de sus partidos políticos y la fortaleza del sistema judicial y de los medios de comunicación si desea alcanzar una plena democracia.
China expresa su preocupación ante el estado de excepción
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China, tradicional aliada de Pakistán, ha expresado su preocupación por la declaración del estado de excepción en el país vecino y manifestó el deseo de que se logre "mantener la estabilidad y el desarrollo". Uno de los portavoces de la Cancillería china, Liu Jianchao, ha señalado en declaraciones citadas por la agencia estatal Xinhua que Pekín "cree que el Gobierno y el pueblo de Pakistán son capaces de resolver sus problemas".
China es uno de los principales aliados comerciales de Pakistán, al que ayudó a desarrollar su programa nuclear. Además, Pekín apoyó durante décadas a Islamabad en su conflicto con la India por la región de Cachemira, en la que China también reclama parte del territorio (Aksai Chin).
China es uno de los principales aliados comerciales de Pakistán, al que ayudó a desarrollar su programa nuclear. Además, Pekín apoyó durante décadas a Islamabad en su conflicto con la India por la región de Cachemira, en la que China también reclama parte del territorio (Aksai Chin).
En octubre, Pekín condenó el atentado contra la comitiva de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, en el que murieron 143 personas y más de medio millar resultaron heridas. La ex primera ministra ha condenado en Karachi (sur) la decisión del general Pervez Musharraf de imponer el estado de excepción. En declaraciones a los periodistas poco después de llegar a Karachi, adonde voló desde Dubai nada más conocer la imposición del estado de excepción, Bhutto ha afirmado que la medida dictaminada por el general Pervez Musharraf es en cierto modo una "mini ley marcial". "Condenamos esta ley marcial", ha afirmado la ex mandataria, líder de la principal formación de la oposición, el Partido Popular de Pakistán (PPP).
Bhutto, que regresó a su país el 18 de octubre tras casi nueve años en el exilio, había partido el pasado jueves a Dubai para visitar a su familia, pero retornó a Karachi de inmediato tras la decisión de Musharraf. Según la ex primera ministra, el propósito del general podría ser el de posponer las elecciones legislativas, previstas en principio para el próximo enero, "por uno o dos años".
En declaraciones a la cadena británica BBC, la ex mandataria ha llamado a que "se instaure de nuevo la Constitución y a la celebración de elecciones bajo una comisión electoral independiente". "Siento que el futuro de Pakistán como Estado moderado está en juego", ha declarado.
El estado de excepción fue declarado ilegal por el presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, y otros magistrados, a quienes Musharraf informó de que sus servicios ya no eran necesarios, tras lo cual, les puso bajo "custodia" en un lugar no especificado. De forma paralela, nombró al magistrado Abdul Hameed Dogar nuevo jefe del Supremo en sustitución de Chaudhry. El recién nombrado presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, ha declarado "nulo e inválido" el dictamen que hizo durante la noche del sábado su predecesor, declarando inconstitucional el Estado de excepción.
Además de los magistrados, varias informaciones en Pakistán no confirmadas oficialmente apuntan a que algunos líderes de la oposición han sido puestos bajo arresto domiciliario. La declaración del estado de excepción ha sido criticada por varios gobiernos occidentales, entre ellos el de EEUU, cuya secretaria de Estado, Condoleezza Rice, definió la acción de Musharraf como "muy lamentable".
Bhutto, que regresó a su país el 18 de octubre tras casi nueve años en el exilio, había partido el pasado jueves a Dubai para visitar a su familia, pero retornó a Karachi de inmediato tras la decisión de Musharraf. Según la ex primera ministra, el propósito del general podría ser el de posponer las elecciones legislativas, previstas en principio para el próximo enero, "por uno o dos años".
En declaraciones a la cadena británica BBC, la ex mandataria ha llamado a que "se instaure de nuevo la Constitución y a la celebración de elecciones bajo una comisión electoral independiente". "Siento que el futuro de Pakistán como Estado moderado está en juego", ha declarado.
El estado de excepción fue declarado ilegal por el presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, y otros magistrados, a quienes Musharraf informó de que sus servicios ya no eran necesarios, tras lo cual, les puso bajo "custodia" en un lugar no especificado. De forma paralela, nombró al magistrado Abdul Hameed Dogar nuevo jefe del Supremo en sustitución de Chaudhry. El recién nombrado presidente del Tribunal Supremo de Pakistán, ha declarado "nulo e inválido" el dictamen que hizo durante la noche del sábado su predecesor, declarando inconstitucional el Estado de excepción.
Además de los magistrados, varias informaciones en Pakistán no confirmadas oficialmente apuntan a que algunos líderes de la oposición han sido puestos bajo arresto domiciliario. La declaración del estado de excepción ha sido criticada por varios gobiernos occidentales, entre ellos el de EEUU, cuya secretaria de Estado, Condoleezza Rice, definió la acción de Musharraf como "muy lamentable".
Reino Unido y Estados Unidos "lamentan" tal proclamación
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha criticado la decisión del presidente paquistaní, al tiempo que solicitó "contención" en ambos lados y un rápido retorno del país a la democracia. Para Rice "EEUU no apoya medidas extraconstitucionales", en declaraciones recogidas por la CNN turca, en las que consideró que la decisión adoptada por Musharraf es "muy lamentable".
Desde Washington, el portavoz del departamento de Estado, Sean McCormack, reconoció estar "profundamente incomodado" por la evolución de los acontecimientos. "La declaración de un estado de emergencia sería un tremendo golpe para la democracia paquistaní, y aparta al país del camino hacia un régimen civil", afirmó el portavoz.
Por su parte, el Gobierno británico también expresó su "grave preocupación" ante dicha medida, según la primera reacción oficial de Londres emitida por el ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband. "Todos los aliados de Pakistán estarán preocupados por el giro que han dado hoy los acontecimientos", declaró Miliband. El ministro afirmó que Reino Unido "reconoce la amenaza a la paz y a la seguridad a la que se enfrenta el país" pero también dijo que "el futuro de Pakistán depende de la capacidad del país para emplear el poder de la democracia y de la ley para lograr la estabilidad y el desarrollo".
Miliband concluyó la declaración expresando su "grave preocupación por las medidas adoptadas hoy por el Gobierno de Musharraf", que "alejarán al país de los objetivos antes mencionados".