L D (EFE) Chesnot, colaborador de varias emisoras públicas francesas, y Malbrunot, corresponsal de Le Figaro y otros medios en Irak, desaparecieron junto a su chófer –de nacionalidad siria– cuando viajaban hacia la ciudad santa chií de Nayaf.
En la edición del viernes de Le Parisien aparecerán unas declaraciones de la ministra de Defensa, Michele Alliot-Marie, que también están relacionadas con el secuestro. "Hemos tenido informaciones que nos permiten pensar, sin tener la prueba directa, que nuestros rehenes están vivos, con buena salud y en seguridad", dice Alliot-Marie. "Entenderéis que no diga más", añade, y asegura que "todos" los ministerios concernidos, incluido el suyo, están movilizados de forma "permanente".
Por su parte, el titular de Exteriores, Michel Barnier, declaró este jueves en Barcelona que París sigue trabajando con "prudencia, confianza y paciencia". El Gobierno francés no ha revelado sus conclusiones sobre la autenticidad de un comunicado, difundido el martes y atribuido al Ejército Islámico en Irak –el grupo terrorista que capturó a Chesnot y a Malbrunot–, donde se denunciaba los “crímenes” de Francia, “enemiga” de los musulmanes y el Islam.
Exteriores trata de verificar la autenticidad de otro comunicado, difundido desde el mismo sitio de internet y atribuido al mismo grupo terrorista, donde se dice que se “juzgará” a Chesnot y a Malbrunot “en los próximos días”. El sitio ya ha sido cerrado.
Los autores de la nota afirman "nadie tiene el derecho" de hablar en nombre del grupo, y que "no hay más intermediarios y mediadores" en la crisis de los rehenes. Asimismo, sostienen que "no era verdad" lo que declaró al vespertino Le Monde el jeque Hicham al Douleimi el pasado día 7. Éste dijo que una operación antiterrorista de las tropas estadounidenses e iraquíes en Latifya había bloqueado los contactos para la liberación de los periodistas franceses.