Menú

Rafael Correa convoca un referéndum para crear una Asamblea Constituyente horas después de su investidura

El nuevo presidente de Ecuador no ha dejado pasar más que unas horas de su toma de posesión para convocar una consulta popular para el 18 de marzo con el fin de que el pueblo decida si desea una Asamblea Constituyente. Con este decreto Correa cumple con uno de sus objetivos ya conocidos, siguiendo la estela de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, como es crear una nueva Constitución. En su discurso de investidura Correa se declaró un "bolivariano convencido", y dijo que su Gobierno de cuatro años supondrá una "revolución ciudadana" con la que acabará con "la amarga noche neoliberal".

El nuevo presidente de Ecuador no ha dejado pasar más que unas horas de su toma de posesión para convocar una consulta popular para el 18 de marzo con el fin de que el pueblo decida si desea una Asamblea Constituyente. Con este decreto Correa cumple con uno de sus objetivos ya conocidos, siguiendo la estela de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, como es crear una nueva Constitución. En su discurso de investidura Correa se declaró un "bolivariano convencido", y dijo que su Gobierno de cuatro años supondrá una "revolución ciudadana" con la que acabará con "la amarga noche neoliberal".
L D (EFE) En la consulta se preguntará básicamente sobre la posibilidad de instalar una Asamblea "de plenos poderes". El decreto de Correa, suscrito en una ceremonia especial en la ciudadela Mitad del Mundo, a 22 kilómetros al norte de Quito, fue el segundo firmado tras tomar posesión del cargo en el Parlamento.
 
La investidura de Correa como la del sandinista Ortega, días atrás en Nicaragua, suponen un giro hacia el socialismo populista inspirado y alentado por regímenes como el de Chávez en Venezuela. Precisamente Chávez fue uno de los dirigentes presentes en la investidura, junto a Evo Morales, Ahmadineyad y el sandinista Ortega, entre otros. En representación de España estuvo el Príncipe de Asturias. El dictador iraní expresaba desde Managua, antes de viajar a Quito su apoyo al frente "antiimperialista", que lideran Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua.     
 
El presidente del Parlamento ecuatoriano, Jorge Cevallos, tomó el juramento a Correa, un economista de 43 años, en presencia del jefe de Estado saliente, Alfredo Palacio. "Ante Dios y ante el pueblo ecuatoriano juro cumplir el mandato que me dio el pueblo ecuatoriano el pasado 26 de noviembre", dijo Correa en referencia a la segunda vuelta electoral y en medio de un sonoro aplauso de los asistentes.

Palacio ciñó la banda presidencial a su sucesor en una ceremonia realizada un día después de que Correa recibiera el Bastón de Mando en una ceremonia indígena en la parroquia de Zumbahua, en el centro andino de Ecuador. A la investidura de Correa asistieron los presidentes de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Haití, Irán, Nicaragua, Paraguay, Perú, Venezuela, República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, en representación de España, además de decenas de delegaciones de menor rango de otros países.

En la sede del Parlamento, Correa firmó su primer decreto en el que asume el cargo "por mandato de la Constitución y en cumplimiento de la voluntad del pueblo ecuatoriano". Correa, que vestía un traje pero sin corbata y una camisa con motivos indígenas, lució la banda presidencial con los colores amarillo, azul y rojo de la bandera de Ecuador.
 
Correa, un economista de 43 años que se declara "cristiano, humanista, de izquierda", aseguró que en su mandato el poder volverá a "su legítimo dueño: el pueblo". En su discurso de investidura, Correa no ocultó sus críticas a los grupos de poder político y económico de su país y a organismos multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Para Correa, en su Gobierno de cuatro años se acabará "la amarga noche neoliberal" que, según dijo, ha significado, para su país y para toda América Latina, un periodo de mayor pobreza, desigualdad y endeudamiento. Por eso propondrá la creación de un tribunal internacional "imparcial", para revisar la deuda exterior de las naciones y determinar qué montos deben pagarse y cuáles han sido ya cubiertos.

Uno de los principales desafíos de Ecuador es vencer la cultura de endeudamiento, adquirida a través de los años y que lo ha llevado "a una situación de sobre-endeudamiento altamente costosa", subrayó Correa en la ceremonia de investidura. El político ecuatoriano es partidario de una nueva arquitectura financiera internacional que cambie la actual dependencia de las decisiones del FMI, organismo que, según dijo, no tiene un contrapeso y que representa, en exclusivo, a los intereses de los acreedores.

Además, Correa aseguró que "existe deuda externa ilegítima, adquirida en situaciones dudosas, que no se utilizó para los fines para los que fue contratada o que ya ha sido pagada varias veces". Consideró que se debe reducir "la dependencia y vulnerabilidad de la región", a través de organismos de integración como el Banco del Sur, propuesto por su colega y amigo venezolano, Hugo Chávez.

La nueva política económica que quiere aplicar Correa, se dirige, según dijo, a tomar distancia de los organismos multilaterales, cuya financiación son, para el gobernante, la nueva forma de subordinar a los países pobres. En esa línea, criticó también al "simplismo del libre comercio, las privatizaciones y la dolarización", que mantendrá en su país, ya que considera que eliminarla en las circunstancias actuales sería un error mayor del que fue su adopción en el 2000.

En el orden interno, Correa se propone dirigir una "revolución ciudadana" para liberar la Patria "secuestrada" por los "grupos poderosos". El cambio de sistema que busca Correa será "radical, profundo y rápido", en una cruzada que empezó cuando, con su movimiento político, Alianza País, propuso su candidatura a la Presidencia con el lema: "la Patria vuelve". "Hoy la Patria es de todos", dijo Correa, para quien el camino hacia el desarrollo debe estar también basado en la integración regional como un pilar fundamental.

Correa, un "bolivariano convencido", aseguró que los países de "América Latina no están viviendo una época de cambios, están viviendo un verdadero cambio de época".

La "revolución ciudadana" que el gobernante ecuatoriano pretende emprender, se sustenta también en la convocatoria a una consulta popular, cuyo decreto lo promulgará este mismo lunes, con el fin de instaurar en el país una Asamblea Constituyente, con plenos poderes. Esa iniciativa le ha enfrentado con la mayoría de los diputados del Congreso unicameral, donde no tiene representación y que está dominado por grupos a los que se ha enfrentado frecuentemente.

Aunque ha logrado obtener un frágil apoyo a la Constituyente de la mayoría de parlamentarios, Correa señaló que no negociará con ningún sector que pretenda ofrecer su ayuda a cambio de favores. "¡La Patria ya no está en venta!", remarcó Correa, tras indicar que: "El oprobio del pasado histórico, con la venta de la bandera o pactos que canjeaban votos por prebendas, ha terminado para siempre".

Temas

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura