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Putin cambia de política respecto a Irán y le exige que acepte el protocolo de la AIEA

Rusia imprimió este martes un perceptible cambio de rumbo a su política respecto a Irán a instancias de EEUU, pero pidió a Washington que no utilice el programa nuclear iraní para tratar de imponer su control energético en Oriente Medio. De esta manera, Putin exige a Teherán que firme el protocolo adicional del "Tratado de No Proliferación" para permitir la inspección de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.

L D (Agencias) Tras la cumbre ruso-estadounidense de San Petersburgo (Rusia) el domingo, y después de la advertencia que el Grupo de los Siete países más industrializados más Rusia (G8) lanzó a Irán y Corea del Norte en Evián (Francia), Moscú está decidida a replantear su obstinada defensa de Teherán y sus planes atómicos. Este era uno de los asuntos que más problemas ha causado a las relaciones entre Rusia y EEUU, que acusa a Irán de desarrollar su programa nuclear para producir armas atómicas. El presidente ruso, Vladímir Putin, marcó el cambio de rumbo de Moscú cuando, tras reunirse con sus colegas del G8, dijo que su país seguirá cooperando con Irán pero bajo estricto control de la legislación internacional. A continuación instó a Irán a poner sus programas nucleares "bajo control" del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Rusia confía en que "Irán despeje las preocupaciones que existen sobre su programa nuclear en el curso de la reunión el 16 de junio del Consejo de directores del OIEA", dijo Putin.

La cooperación sólo seguirá bajo la atenta mirada internacional

Añadió que "la cooperación de Rusia e Irán en el terreno de la energía atómica se corresponde plenamente con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)". Pero manifestó su apoyo a la declaración del G8, que destacó "las implicaciones de proliferación del programa nuclear avanzado" iraní y exigió a Teherán que cumpla sus obligaciones dentro del TNP y, "sin demora ni condiciones, suscriba y aplique el protocolo sobre controles del OIEA". Este Protocolo Adicional autorizaría al OIEA a inspeccionar los centros nucleares iraníes en cualquier momento y sin necesidad de avisar con antelación al Gobierno de Teherán. El régimen iraní señaló este lunes que firmará tal Protocolo "cuando las actuales limitaciones y embargos que pesan sobre Irán sean levantados" y cuando tenga seguridad de que firmar otro acuerdo "no supondrá más restricciones". Un portavoz del ministerio de Energía Atómica ruso decía poco después que Moscú "comprendía" el recelo de Irán a firmar el Protocolo de control del OIEA (pues otros países tampoco lo han firmado) y subrayaba que tal actitud no suponía una violación de los compromisos iraníes.

Sin embargo, tras conocerse en Evián la postura de Putin, en Moscú el ministerio de Energía Atómica se veía obligado a corregirse y manifestar que Rusia cree "indispensable" la adhesión de Irán a ese protocolo de control. "La adhesión de Irán al protocolo adicional permitirá reducir la tensión existente en torno al programa nuclear de este país", señaló otro portavoz del ministerio, quien subrayó el compromiso ruso con la declaración del G8. Este portavoz explicó también que Moscú no relaciona esa firma del Protocolo con la construcción por especialistas rusos de un reactor atómico en la localidad iraní de Bushehr. Este proyecto, que supone para Rusia más de mil millones de dólares, explica la defensa rusa del programa nuclear iraní.

La construcción de un reactor atómico en el fondo

Pero, según los expertos, el golpe de timón del Kremlin podría indicar que Washington está dispuesto a respetar la construcción de esa central a orillas del Golfo. En otro mensaje a Teherán, el portavoz ruso de energía atómica señaló que la firma del protocolo adicional permitiría a Rusia seguir adelante con la construcción de Bushehr y desarrollar otros proyectos "sin levantar la preocupación internacional". Adelantó que Rusia no enviará el imprescindible combustible nuclear para Bushehr si Irán no se compromete con un acuerdo a devolver el material usado y "si no hay un control por el OIEA del proceso".

A pesar de las evidentes concesiones, Putin advirtió a Washington de que la aquiescencia rusa no significa que Moscú otorgue carta blanca a las empresas estadounidenses para que monopolicen el mercado de la energía nuclear pacífica en el Golfo. Putin se manifestó en contra de dar una oportunidad "a la competición desleal, particularmente en el mercado iraní". Empresas de EEUU esperan que la reconstrucción de Irak abra las puertas también al desarrollo nuclear pacífico del golfo Pérsico, en un multimillonario rompecabezas energético en el que Irán es una pieza clave para abastecer de electricidad al Cáucaso sur, Afganistán, Asia Central y Pakistán.

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