Las evidencia había forzado a Público a arrinconar –un poco- su ideología cercana al comunismo, al menos en lo tocante a Cuba. Durante todo el despliegue tras la muerte de Orlando Zapata Tamayo mostró un ápice de sentido común, y criticó – no sin esfuerzo- la represión de los derechos humanos que sufren en la Isla.
Pero ahora, una vez amainado el temporal, parece que la cabecera de Roures vuelve a las andadas. Si bien no exalta a los dictadores Castro, emplea una técnica mucho más demoledora: encumbrarlos, cargando y menospreciando a quienes luchan pacíficamente contra su represión.
Y no contra cualquiera. Público ha ido directamente a por Yoani Sánchez, la cabeza visible del movimiento democrático en Cuba, a través de su exitoso blog Generación Y. La periodista y bloguera ha recibido el reconocimiento internacional por su denuncia constante de la realidad cubana, que le ha costado la censura directa, e incluso la violencia física por parte de la dictadura comunista.
El esfuerzo de Yoani se ha visto reconocido por medios de comunicación de todo el globo: Su blog se encuentra entre los mejores del mundo, según CNN y la revista Time, e incluso El País le galardonó con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Premio que no pudo recoger en persona en España, prohibición expresa a cuenta del gobierno revolucionario. El presidente Barack Obama llegó a felicitarla por teléfono, y animarla a seguir con su importante labor.
Para todos los medios no, evidentemente. Público le dispensa el mismo desprecio que los medios castristas que controlan Fidel y Raúl en su país, repitiendo casi las mismas acusaciones hacia ellas: "Bloguera ‘superstar’ en hoteles de lujo de La Habana". Sólo les ha faltado la acusación de espionaje, o tildarla de "imperialista antirrevolucionaria".
El diario de Roures escoge su sección "Visto y Oído", que recoge fragmentos televisivos con un breve comentario, para criticarla. Roberto Enríquez, su autor, cuenta cómo en " tremendo reportaje sobre periodistas asesinados en Irak, por la mafia italiana, por los paramilitares colombianos, por el ejército de Zimbaue" también salía Yoani Sánchez. Lo cual, indignó sobremanera al tal Enríquez, porque ella es: "bloguera ‘superstar’ en hoteles de lujo de La Habana".
Además de una mentira evidente - las condiciones de Yoani distan mucho de vivir en un hotel de lujo- el autor manipula sin disimulo, en un peligroso juego. En el reportaje de la cadena pública no se hablaba periodistas con riesgo de muerte en exclusiva. Se trataba de un profundo paso por lo que supone informar en condiciones adversas, ya sea una guerra, una democracia con mafias, o una dictadura, como es el caso de Yoani.
Por si fuera poco, Enríquez concluye su breve párrafo con la doliente comparación: "Cambié de canal, no fuera a hablar luego Mila Ximénez, que una vez se peleó con Marujita Díaz...".