(Libertad Digital) Ni estiramientos de la piel, ni tintes para el pelo. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, ha asegurado que él jamás se ha teñido el cabello ni realizado retoques estéticos, al contrario que su rival político y primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
En una carta enviada al director del diario "La Repubblica", Prodi sale al paso de la información publicada recientemente en ese periódico sobre la supuesta utilización de "tintes para el pelo" por parte del jefe del Ejecutivo europeo. "Le puedo asegurar que no tengo ninguna opinión particular sobre quienes utilizan la cirugía u otros instrumentos para mejorar su aspecto", señala Prodi, "pero quiero precisar que nunca he tratado mis cabellos con ningún tinte, brillantina o producto de cualquier género". Hace un año, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, amenazó con acciones jurídicas contra cualquier medio que insinuara que había recurrido al tinte de pelo para ocultar sus canas.
El político italiano, objeto de los ataques del Gobierno en los últimos meses por su supuesta implicación en un escándalo de corrupción cuando era primer ministro en 1997, por el fraude de la Oficina de Estadística Europea (Eurostat) o por su gestión al frente de la Comisión, reconoce que puede parecer "extraña" una aclaración de este género, pero insiste en que lo hace por dos razones. "La primera, porque a mi peluquero, recién jubilado, varios periódicos afines al Gobierno le han estado asediando a preguntas sobre esta cuestión durante años; y la segunda, más seria, porque la verdad es importante incluso cuando se refiere a asuntos irrelevantes", concluye Prodi.
La cirugía estética en cara, ojos y cuello a la que se sometió en diciembre el primer ministro italiano levantó una gran polémica en todo el país, especialmente entre la oposición, que acusó al jefe de Gobierno de descuidar los problemas reales de Italia para dedicarse a su apariencia.
En una carta enviada al director del diario "La Repubblica", Prodi sale al paso de la información publicada recientemente en ese periódico sobre la supuesta utilización de "tintes para el pelo" por parte del jefe del Ejecutivo europeo. "Le puedo asegurar que no tengo ninguna opinión particular sobre quienes utilizan la cirugía u otros instrumentos para mejorar su aspecto", señala Prodi, "pero quiero precisar que nunca he tratado mis cabellos con ningún tinte, brillantina o producto de cualquier género". Hace un año, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, amenazó con acciones jurídicas contra cualquier medio que insinuara que había recurrido al tinte de pelo para ocultar sus canas.
El político italiano, objeto de los ataques del Gobierno en los últimos meses por su supuesta implicación en un escándalo de corrupción cuando era primer ministro en 1997, por el fraude de la Oficina de Estadística Europea (Eurostat) o por su gestión al frente de la Comisión, reconoce que puede parecer "extraña" una aclaración de este género, pero insiste en que lo hace por dos razones. "La primera, porque a mi peluquero, recién jubilado, varios periódicos afines al Gobierno le han estado asediando a preguntas sobre esta cuestión durante años; y la segunda, más seria, porque la verdad es importante incluso cuando se refiere a asuntos irrelevantes", concluye Prodi.
La cirugía estética en cara, ojos y cuello a la que se sometió en diciembre el primer ministro italiano levantó una gran polémica en todo el país, especialmente entre la oposición, que acusó al jefe de Gobierno de descuidar los problemas reales de Italia para dedicarse a su apariencia.