Praga responde al desaire de Castro y expulsa a un diplomático cubano
La República checa ha anunciado la expulsión de Manuel Angel Baltar Charnicharo, primer secretario de la misión cubana, después de que Pérez Roque, ministro de Exteriores castrista, haya acusado de realizar "tarea subversiva" y de espiar para EEUU a Stanislav Kázecky, representante checo expulsado de Cuba. Praga ha negado esas acusaciones y ha puntualizado que actividades que la dictadura cubana considera "subversivas", como la invitación de opositores a las recepciones oficiales, son "una política del país y no una decisión personal de este diplomático".
Cuba informó el miércoles a la embajada de la República Checa sobre su decisión de no renovar la visa del primer secretario y encargado de Asuntos Políticos y le emplazó a abandonar la isla en un plazo de 72 horas que se cumplen este sábado. Según Pérez Roque, Kázecky "cumple indicaciones de los servicios especiales norteamericanos, trabaja estrechamente con los aparatos de subversión de EEUU, se dedica a distribuir dinero e imprimir materiales, a intentar abastecer a los grupos mercenarios y ayudar al Gobierno de los Estados Unidos en eso".
"Encima, hemos tenido que requerirlo varias veces por intentar fotografiar, penetrar o tener acceso en las cercanías de instalaciones militares, en lugares donde no tiene nada que hacer un diplomático checo que se supone debería trabajar aquí para representar los intereses de su pueblo y trabajar a favor de las relaciones", declaró el ministro cubano a la prensa.
El Gobierno de Praga criticó con dureza la decisión de La Habana, que interpreta como una expulsión y, según Pérez Roque, anunció una medida de reciprocidad al no renovar el visado a un funcionario de la embajada cubana en Praga. "La reacción checa y lo que diga el ministro checo me tiene sin cuidado. Cuba defiende su soberanía y hay que respetar a este país, y ni los checos ni ningún otro país puede violentar el respeto a las leyes y a la soberanía de nuestro país", dijo. La Comisión Europea "lamentó" la decisión de Cuba y apuntó que "sigue la situación". Fuentes diplomáticas europeas en La Habana apuntaron que las embajadas comunitarias han informado del conflicto a sus gobiernos y esperan sus instrucciones.
El incidente con Kázecky, cuya misión en Cuba comenzó en abril de 2004, profundiza las tensiones entre Praga y La Habana originadas, principalmente, por las críticas del Gobierno checo a la situación de los derechos humanos en la isla y su respaldo a grupos de la oposición.
El pasado febrero, la encargada de negocios de la embajada cubana en la capital checa, Aymeé Hernández, protestó ante el Gobierno checo por sus ayudas a organizaciones no gubernamentales que apoyan a la disidencia en Cuba. Poco antes, las autoridades de Praga había protestado por el trato recibido en la isla por la modelo checa Helena Houdova, que estuvo detenida durante varias horas tras realizar una sesión de fotos en La Habana que fueron consideradas "inapropiadas" por las autoridades de la isla. En octubre del pasado año se prohibió en el último momento la celebración de la Fiesta Nacional de la República Checa en un conocido hotel de la capital cubana.
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