L D (EFE) Powell pronunció un discurso sobre la política exterior de EEUU en la universidad George Washington, en donde insistió en los ejes marcados por el presidente George W. Bush, que sufrieron un cambio radical tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, de los que se cumplen dos años la próxima semana. El jefe de la diplomacia estadounidense dijo estar "impaciente por trabajar con nuestros 14 socios del Consejo de Seguridad para conseguir una resolución tan pronto como sea posible". "Vamos a escuchar todos los comentarios que vengan y trataremos de ajustarnos y adaptarnos a ellos", señaló, pero dejó claro que Washington aceptará sugerencias "siempre que sean consistentes con nuestro objetivo general" en Irak.
EEUU, con su borrador de resolución, quiere dar mayor papel a la ONU en la reconstrucción y democratización de Irak, a la vez que pretende crear una fuerza multinacional que ayudaría a pacificar el país, pero que estaría bajo mando estadounidense. Powell defendió este punto, al señalar que "no es inusual" que "con una fuerza de esta envergadura y con un país aportando la mayoría de la fuerza, ese país ponga al comandante". El secretario de Estado hizo un llamamiento a otros países para que no vean en el mando militar estadounidense un obstáculo a su participación en la fuerza multinacional, algo que Washington necesita para aliviar la presión sobre sus tropas.
"Hemos visto a este modelo funcionar en numerosas ocasiones en el pasado, y confiamos en que funcionará ahora. Hay que recordar que ya hay 30 países" operando en Irak, insistió. También recalcó el importante paso que supone para Washington la parte de la resolución que invita al Consejo de Gobierno iraquí a presentar un plan y un calendario para elaborar una constitución, desarrollar instituciones políticas y celebrar elecciones democráticas. Irak ocupó la parte más destacada de la intervención de Powell, quien dejó claro que el Gobierno de Washington no cede a las críticas emitidas por la invasión, ocupación y lenta reconstrucción de Irak. "Que no haya dudas de que hicimos lo correcto, que el mundo está mejor sin ese régimen despótico", afirmó de forma tajante.
Powell culpó de la continua violencia en Irak a los remanentes del régimen de Sadam Husein y a terroristas extranjeros, pero insistió en que Estados Unidos no abandonará ese país antes de tiempo. "Hay muchos más iraquíes preocupados porque nos vayamos demasiado pronto que porque nos quedemos demasiado tiempo", afirmó. Powell, el miembro más moderado del equipo de política exterior y seguridad de Bush, recalcó que a pesar de los malentendidos del último año sobre Irak, su Gobierno sigue comprometido a trabajar con otras instituciones, como la ONU o la OTAN, o con otros países, como en la reciente operación de paz de Liberia.
El responsable de la política exterior estadounidense también señaló la importancia que su Gobierno concede a la conferencia de donantes para Irak que se celebrará en octubre próximo en Madrid. Estados Unidos espera "una mayor movilización de los esfuerzos internacionales" para la reconstrucción iraquí, aseguró.
EEUU, con su borrador de resolución, quiere dar mayor papel a la ONU en la reconstrucción y democratización de Irak, a la vez que pretende crear una fuerza multinacional que ayudaría a pacificar el país, pero que estaría bajo mando estadounidense. Powell defendió este punto, al señalar que "no es inusual" que "con una fuerza de esta envergadura y con un país aportando la mayoría de la fuerza, ese país ponga al comandante". El secretario de Estado hizo un llamamiento a otros países para que no vean en el mando militar estadounidense un obstáculo a su participación en la fuerza multinacional, algo que Washington necesita para aliviar la presión sobre sus tropas.
"Hemos visto a este modelo funcionar en numerosas ocasiones en el pasado, y confiamos en que funcionará ahora. Hay que recordar que ya hay 30 países" operando en Irak, insistió. También recalcó el importante paso que supone para Washington la parte de la resolución que invita al Consejo de Gobierno iraquí a presentar un plan y un calendario para elaborar una constitución, desarrollar instituciones políticas y celebrar elecciones democráticas. Irak ocupó la parte más destacada de la intervención de Powell, quien dejó claro que el Gobierno de Washington no cede a las críticas emitidas por la invasión, ocupación y lenta reconstrucción de Irak. "Que no haya dudas de que hicimos lo correcto, que el mundo está mejor sin ese régimen despótico", afirmó de forma tajante.
Powell culpó de la continua violencia en Irak a los remanentes del régimen de Sadam Husein y a terroristas extranjeros, pero insistió en que Estados Unidos no abandonará ese país antes de tiempo. "Hay muchos más iraquíes preocupados porque nos vayamos demasiado pronto que porque nos quedemos demasiado tiempo", afirmó. Powell, el miembro más moderado del equipo de política exterior y seguridad de Bush, recalcó que a pesar de los malentendidos del último año sobre Irak, su Gobierno sigue comprometido a trabajar con otras instituciones, como la ONU o la OTAN, o con otros países, como en la reciente operación de paz de Liberia.
El responsable de la política exterior estadounidense también señaló la importancia que su Gobierno concede a la conferencia de donantes para Irak que se celebrará en octubre próximo en Madrid. Estados Unidos espera "una mayor movilización de los esfuerzos internacionales" para la reconstrucción iraquí, aseguró.