L D (EFE) Moroney dijo través de la radio ABC que "estoy muy satisfecho de que hayamos impedido lo que considero era la última etapa de preparación para un atentado terrorista o el lanzamiento de un atentado terrorista en Australia"
Las redadas fueron practicadas después de que el Gobierno australiano aprobara leyes antiterroristas más duras la semana pasada, y de que el primer ministro, John Howard, anunciara haber recibido información sobre una amenaza terrorista contra el país.
Howard justificó la necesidad de reforzar la legislación y de dar más competencias a la Policía en esa posible amenaza terrorista. Australia nunca ha sufrido un ataque terrorista en el interior del país, si bien sus intereses y nacionales han sido el objetivo de los atentados cometidos en Indonesia en los últimos años.
El más grave fue el ocurrido en la isla de Bali en 2002, que causó la muerte de 202 personas, entre ellas 88 australianos. El ataque fue atribuido a la Yemaah Islamiya, considerada el brazo regional de la red terrorista internacional Al Qaeda, y también sospechosa de los tres atentados suicidas que el uno de octubre mataron en esa misma isla a 23 personas, cuatro de ellas australianas.
Australia secundó la intervención en Irak por parte de EEUU, su principal aliado internacional, y mantiene un contingente de 450 soldados en el país árabe.
Las redadas fueron practicadas después de que el Gobierno australiano aprobara leyes antiterroristas más duras la semana pasada, y de que el primer ministro, John Howard, anunciara haber recibido información sobre una amenaza terrorista contra el país.
Howard justificó la necesidad de reforzar la legislación y de dar más competencias a la Policía en esa posible amenaza terrorista. Australia nunca ha sufrido un ataque terrorista en el interior del país, si bien sus intereses y nacionales han sido el objetivo de los atentados cometidos en Indonesia en los últimos años.
El más grave fue el ocurrido en la isla de Bali en 2002, que causó la muerte de 202 personas, entre ellas 88 australianos. El ataque fue atribuido a la Yemaah Islamiya, considerada el brazo regional de la red terrorista internacional Al Qaeda, y también sospechosa de los tres atentados suicidas que el uno de octubre mataron en esa misma isla a 23 personas, cuatro de ellas australianas.
Australia secundó la intervención en Irak por parte de EEUU, su principal aliado internacional, y mantiene un contingente de 450 soldados en el país árabe.