El ministro italiano para Asuntos Europeos, Andrea Ronchi, llamó este lunes a la Unión Europea a "descubrir" sus "raíces" y aislar el fundamentalismo religioso así como a quienes en su nombre intentan "atacar" Occidente.
El responsable italiano para la Política Europea participó en el seminario Retos Perspectivas para Europa tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa organizado por FAES. El ex presidente José María Aznar presentó el debate en el que intervinieron una veintena de miembros de la fundación y donde anticipó los desafíos que se presentan a la Unión Europea tras la "etapa de inestabilidad institucional y dudas" cerrada, dijo, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.
Después de desear "el mejor de los aciertos" al nuevo Consejo Europeo, destacó que la presidencia española de la Unión Europea comienza con "expectativas diferentes y diversas" al tiempo que advirtió de que si los Veintisiete no logran ser "influyentes" en política económica, energética o inmigratoria no dejarán de ser "un actor secundario" en la comunidad internacional. En este punto, expresó la conveniencia de reflexionar sobre un "nuevo concepto estratégico" de la OTAN.
Tras la intervención del presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el ministro italiano se refirió a Aznar como el "ejemplo de cómo un partido conservador moderado puede guiar a un país" y articular su vida política y cultural. Tras ello, enumeró los "ambiciosos objetivos" que se presentan a los Veintisiete tras la ratificación del Tratado de Lisboa, al que ve como "un vehículo" que puede "volver a encender una llama de esperanza" para el proyecto comunitario.
En este sentido, indicó que el "instrumento" del Tratado de Lisboa debe servir a la Unión para hablar de integración y superar los "viejos esquemas ideológicos". Tras apuntar que el rechazo de los suizos a la construcción de mineretes en las mezquitas prueba los "temores" referentes a la integración, denunció que Europa "dejó sola" a Italia en la lucha contra la inmigración clandestina. Así, reclamó su "solidaridad" y añadió que "ser europeos" significa no dejar desamparados a España, Italia y Grecia frente a este "gran problema humanitario".
Después de advertir que todavía no se ha puesto en funcionamiento la Agencia por el derecho de asilo del refugiado, hizo hincapié en la necesidad de "atacar emergencias como el problema" de la inmigración clandestina. En este contexto, reafirmó el valor de la libertad y pidió "no infravalorar" o eludir el escenario del fundamentalismo religioso.
"La familia del Parlamento Popular Europeo tiene que levantar el listón y hablar de este problema, no temer ser políticamente incorrectos y tampoco tener temor a reforzar y estar presentes con nuestros valores y raíces", subrayó. En este marco, habló sobre la situación de Afganistán y recalcó que "Europa se juega su credibilidad" en política de Defensa antes de alertar de la "realidad preocupante" que suponen los "profundos y violentos" ataques del fundamentalismo islámicos contra la libertad y la democracia.
Necesidad de apasionar a los jóvenes
Ronchi también considera que el Tratado de Lisboa debe ser el "motor" para proporcionar a los jóvenes "una nueva pasión" ya que, a su juicio, éstos miran hacia Europa con "descontento y distanciamiento" al verla como "una burocracia fría y lejana".
Respecto al futuro a largo plazo de la UE, el ministro del país transalpino reclamó una "fuerte voluntad política" y la puesta en común de los recursos para construir una Europa del conocimiento basada en la I+D al tiempo que exigió "una política industrial" comunitaria para que Europa no sea "marginada" y sea competitiva en el ámbito financiero.
A su juicio, Europa debe "conquistar más peso y hablar con una única voz" en política económica para no correr el riesgo de que Estados Unidos y China la "marginen". "Con todo el dramatismo que esto puede tener", remachó.
A Estados Unidos, China, India y el resto de economías emergentes también les exigió que "cojan la pluma" y firmen "acuerdos vinculantes" para combatir el cambio climático. A este respecto, destacó que la presidencia española que se inaugura el próximo 1 de enero de 2010 puede servir de ayuda en dicha materia medioambiental.