LD (EFE) El régimen de Cuba recibió el respaldo de 135 de los 191 países miembros de Naciones Unidas para ocupar uno de los ocho asientos reservados al grupo de América Latina y el Caribe en el Consejo de Derechos Humanos. La Habana considera que la elección fue "la más importante victoria de la política exterior de la isla", un "reconocimiento a su permanente labor en la defensa de los derechos humanos y un verdadero espaldarazo a la revolución cubana".
Desde La Habana, el opositor cubano Oswaldo Payá exigió que antes de que Cuba ocupa su cargo, la comunidad internacional exija a Fidel Castro la liberación de todos los disidentes encarcelados. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, considerada ilegal por el gobierno, cifra en unos 300 el número de presos políticos del país.
El líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) consideró que la elección es "un desafío para la comunidad internacional". Ahora, opinó, corresponde al régimen "castrista" liberar a los presos políticos. Además, Payá pidió que las autoridades de La Habana informe al pueblo cubano del contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los estatutos del CDH.
Payá consideró que si la comunidad internacional no pide la excarcelación de los presos políticos cubanos y la dictadura de la isla no los libera tras entrar en el Consejo de Derechos Humanos, "todo sería una burla, una afrenta al pueblo de Cuba".