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Paul Martin, elegido como líder de los liberales canadienses en sustitución de Chrétien

La elección de Paul Martin como líder del Partido Liberal canadiense, en sustitución del primer ministro, Jean Chrétien, ha puesto fin a varios meses de intensas intrigas políticas y luchas internas en el seno de la formación. El ex ministro de Economía ha obtenido el 90 por ciento de los votos de los delegados presentes en la convención celebrada en Toronto.

L D (EFE) El siguiente paso será su nombramiento como primer ministro, pero para ello Martin tiene que esperar la dimisión de Chrétien, y de momento el político quebequés ha sido deliberadamente vago sobre cuando se producirá.

Hace meses, Chrétien anunció que dejaría el poder en febrero de 2004, pero los partidarios de Martin han presionado para que adelante la fecha y evite que el país tenga durante semanas dos primeros ministros, uno en ejercicio y otro a la espera. El miércoles, Chrétien pareció acceder a la voluntad de los partidarios de Martin cuando cerró el Parlamento federal hasta el próximo 12 de enero, un día después de su 70 cumpleaños.

Sin embargo, un día después también dejó claro que no le gusta que le empujen, al revelar que estaba preparado para dejar el poder en el año 2000 pero cambió de idea cuando se sintió presionado por las ambiciones del entonces ministro de Economía. Desde entonces, la personalidad de Chrétien y las ambiciones de Martin han generado una intensa y sórdida lucha por el poder en el seno del Partido Liberal que se ha traducido en la vida política del resto del país.

Los partidarios de Martin han sido acusados de promover la aparición de comprometedoras informaciones que afectan a Chrétien y sus más cercanos colaboradores. A su vez, Chrétien ha forzado la elaboración de leyes que son, cuando menos, fuente de grandes polémicas nacional e internacionalmente y que para irritación de Martin, suponen un peligroso legado para sus primeros meses de gobierno. En primer lugar, la ley que despenaliza el consumo de marihuana, un proyecto duramente criticado por la Casa Blanca y que ha amenazado con enturbiar aún más las relaciones entre los gobiernos de los dos países. La otra polémica medida legislativa que Martin encontrará sobre su mesa cuando es la ley sobre matrimonios homosexuales, que ha dividido en dos al país y que amenaza con ser uno de los principales temas de la próxima campaña electoral.

Tras casi diez años como ministro de Economía en los gobiernos de Chrétien, Martin se ha ganado una sólida fama nacional e internacional gracias a sus conservadoras políticas fiscales que han garantizado desde 1998 superávit fiscales, un hecho sin parangón entre los restantes países del Grupo de los Siete (G7). Además, Washington le considera un socio más cercano que su predecesor. El presidente de EEUU, George W. Bush, no ha ocultado su desdén por Chrétien, especialmente tras la negativa de Ottawa de apoyar la invasión de Irak, y se ha negado a visitar oficialmente Canadá mientras Chrétien sea primer ministro, un hecho sin precedentes en las relaciones bilaterales.

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