L D (EFE) La titular de Exteriores mostró su descontento por no haber escuchado en el informe de los inspectores la afirmación de que el régimen de Bagdad está cooperando de manera "completa, incondicional y activa", tal y como contempla la resolución 1441 que aprobó el retorno de los inspectores el 8 de noviembre pasado. Palacio explicó que, en su opinión, los avances que se han producido en el desarme de Irak no son más que un "gesto" de Sadam Husein para "desviarnos de la labor internacional del desarme total". "Hoy tengo la sensación de que corremos el riesgo de que los árboles no nos dejen ver el bosque", afirmo Palacio, para constatar que, pese a los últimos avances, "llevamos 12 años de estancamiento con Irak".
El discurso de Palacio estuvo plagado de preguntas que cuestionaban la actitud de espera del Consejo y la de aquellos miembros partidarios de proseguir las inspecciones hasta agotar sus posibilidades. "La amenaza es la misma, la actitud de desprecio del presidente Sadam Husein es la misma, al igual que la voluntad manifiesta de dividirnos", advirtió Palacio para explicar que "sólo una máxima presión y la amenaza del recurso a la fuerza hacen mella" en el gobierno iraquí. Todos queremos la paz, pero una paz segura que nos garantice que esas armas de destrucción masiva no van a ser usadas por Irak ni por grupos terroristas para sus propios fines”. "Lo contrario señores, es hacerse ilusiones. Buscar componendas que terminarán no sólo perjudicando la credibilidad y eficacia de este Consejo, sino la paz y la estabilidad internacional que todos buscamos", declaró.
Palacio se preguntó si el Consejo está cumpliendo con sus obligaciones respecto a la paz y seguridad internacional, y sobre el mensaje que se está dando. "El Consejo debe dar una señal clara de que entiende que ha llegado el momento de dejar de ser rehenes de aquellos que, en la búsqueda de sus propios fines, interpretan erróneamente nuestro deseo de paz como debilidad" y también "debe dejar claro que siempre ha propugnado no la contención de Irak, no su desarme parcial, sino su desarme completo". En su opinión, el desarme de Irak "no es asunto de más inspectores y más tiempo", ya que esa es "la estrategia de la impotencia".
Tras estimar que en materia nuclear y de misiles se puede contemplar "la posibilidad de resultados sin la voluntad de desarme del régimen" e incluso sin una colaboración activa, advirtió que la situación es diferente para las armas bacteriológicas y químicas, ya que "pasa por la voluntad política" del régimen iraquí. La ministra insistió en que el desarme debe hacerse "pacíficamente", pero para ello "debe contar con la plena colaboración iraquí" y, "en su defecto, sólo Irak será responsable de las consecuencias". "Los inspectores, por supuesto, deberán continuar el tiempo necesario y con los medios necesarios, pero tendrá que ser a partir del cambio radical del régimen de Sadam Husein en su voluntad de su desarme". Hasta el momento, no ha dado pruebas creíbles de tener dicha voluntad, dijo la ministra, quien rechazó las declaraciones de que las decisiones del Consejo pueden provocar grandes pérdidas humanas y materiales con referencia a la posibilidad de que desencadene una intervención militar.
El discurso de Palacio estuvo plagado de preguntas que cuestionaban la actitud de espera del Consejo y la de aquellos miembros partidarios de proseguir las inspecciones hasta agotar sus posibilidades. "La amenaza es la misma, la actitud de desprecio del presidente Sadam Husein es la misma, al igual que la voluntad manifiesta de dividirnos", advirtió Palacio para explicar que "sólo una máxima presión y la amenaza del recurso a la fuerza hacen mella" en el gobierno iraquí. Todos queremos la paz, pero una paz segura que nos garantice que esas armas de destrucción masiva no van a ser usadas por Irak ni por grupos terroristas para sus propios fines”. "Lo contrario señores, es hacerse ilusiones. Buscar componendas que terminarán no sólo perjudicando la credibilidad y eficacia de este Consejo, sino la paz y la estabilidad internacional que todos buscamos", declaró.
Palacio se preguntó si el Consejo está cumpliendo con sus obligaciones respecto a la paz y seguridad internacional, y sobre el mensaje que se está dando. "El Consejo debe dar una señal clara de que entiende que ha llegado el momento de dejar de ser rehenes de aquellos que, en la búsqueda de sus propios fines, interpretan erróneamente nuestro deseo de paz como debilidad" y también "debe dejar claro que siempre ha propugnado no la contención de Irak, no su desarme parcial, sino su desarme completo". En su opinión, el desarme de Irak "no es asunto de más inspectores y más tiempo", ya que esa es "la estrategia de la impotencia".
Tras estimar que en materia nuclear y de misiles se puede contemplar "la posibilidad de resultados sin la voluntad de desarme del régimen" e incluso sin una colaboración activa, advirtió que la situación es diferente para las armas bacteriológicas y químicas, ya que "pasa por la voluntad política" del régimen iraquí. La ministra insistió en que el desarme debe hacerse "pacíficamente", pero para ello "debe contar con la plena colaboración iraquí" y, "en su defecto, sólo Irak será responsable de las consecuencias". "Los inspectores, por supuesto, deberán continuar el tiempo necesario y con los medios necesarios, pero tendrá que ser a partir del cambio radical del régimen de Sadam Husein en su voluntad de su desarme". Hasta el momento, no ha dado pruebas creíbles de tener dicha voluntad, dijo la ministra, quien rechazó las declaraciones de que las decisiones del Consejo pueden provocar grandes pérdidas humanas y materiales con referencia a la posibilidad de que desencadene una intervención militar.